El jefe del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), Isaac Ángeles Lazo, anunció que su institución sacará en las próximas semanas un dispositivo legal que permita que las concesiones madereras sean mayores en tiempo y en áreas, a fin de que los concesionarios no extraigan, sino de que inviertan y recuperen.
Sin embargo, recordó que estas «mayores facilidades» que se darán, deben de ser recíprocas a «entidades naturales o jurídicas solventes, que tenga capacidad para generar inversión». Según detalla la agencia Andina, para el INRENA, el pedido del presidente Alan García de aprovechar en forma debida los recursos naturales, pasa por darle valor agregado a los bosques.
INRENA busca cambiar la política extractiva mercantil promoviendo la creación de más plantas de procesamiento de madera, como la que existe en el Callao, donde se le da valor agregado a la madera, logrando que el metro cúbico de caoba que sale del país, pase de costar US$ 250 dólares (sólo aserrada) a US$ 1 500 dólares (procesada).
Una planta de este tipo cuesta entre US$ 3 y 5 millones de dólares y puede dar trabajo a 400 personas. En este sentido, Ángeles Lazo anunció que en breve saldrá el Plan Nacional del Bambú, enfocado en áreas donde hay gran potencial para dicha especie, como Madre de Dios. Y la cual, dando valor agregado, se puede vender a buen precio en mercados como China, Europa y Estados Unidos.
Finalmente, Edgardo Lizarraga Leguía, intendente Forestal y Fauna Silvestre del INRENA, dijo que por las características de nuestras maderas, las concesiones madereras deben de ser de 40 años como tope y renovables. Para sustentar estas plantas de procesamiento se necesitan áreas de concesión entre 200 y 400 mil hectáreas, por lo que el país necesita trabajar un catastro nacional.