El reporte de la UNODC sobre el monitoreo de cultivos de coca 2014[1] en el Perú indica que la extensión total ocupada por coca en el contexto nacional, alcanzó las 42,900 ha. Las mayores extensiones se concentran en el Vraem con 18,845 ha y La Convención y Lares con 10,342 ha que en conjunto representan 68.0 % del total nacional. El informe señala que la producción nacional de hoja seca de coca en el 2014 fue 100,840 TM de este total, según el INEI, 9,000 TM de hoja corresponden al consumo tradicional, el volumen restante de 91,840TM se articula al narcotráfico para ser transformada en pasta básica y clorhidrato de cocaína.
Como hemos afirmado en muchos artículos anteriores la producción de coca ilegal, tiene varios impactos ambientales que afectan directamente a los ecosistemas y la biodiversidad que los habita, entre ellos tenemos la deforestación que genera la perdida de hábitat de muchas especies, la contaminación de los suelos por el uso de agroquímicos en su producción, el usos de grandes volúmenes de insumos químicos empleados para la transformación de la hoja en pasta básica y en cocaína, así como la contaminación química del sistema hídrico de las cuencas donde se produce.
Pero además, afecta a territorios que deberían estar bien protegidos como las Áreas Naturales Protegidas (ANP), sin embargo y al parecer esto no se vendría dando como se ha denunciado últimamente de la presencia de cocales en la Zona de Reserva Sierra del Divisor[2] la cual ya en el 2011 se advertía de la presencia de cultivos de coca ilegal en sus zonas de amortiguamiento, sin embargo esta ANP declarada zona reservada en el 2006 (condición temporal) ya tienen un expediente que propone que sea categorizada como Parque Nacional, el cual está desde mayo en el despacho del Consejo de Ministros, para que algún día el gabinete Ministerial lo apruebe, salvo que estén esperando al próximo gobierno.
Revisando el reporte de la UNODC respecto al Monitoreo de Cultivos de Coca en el Perú del 2008[3] se anunciaba en esos años, el avance de la frontera cocalera hacia las ANP, se afirmaba que era consecuencia de varios factores como la proximidad a zonas de gran concentración de cultivos de coca, a la represión de la producción al narcotráfico que obligo al desplazamiento de los cultivos a zonas cada vez más inaccesibles y a la inusitada mayor demanda de derivados de coca especialmente en las zonas de frontera. Lamentablemente, la búsqueda de nuevos espacios para implementar esta ilegal actividad llegó a seis ANP, identificándose en esa época a los Parques Nacionales de Tingo María, Cordillera Azul y río Abiseo muy próximas a la cuenca cocalera del Alto Huallaga; el Parque Nacional Bahuaja Sonene y Reserva Nacional del Tambopata muy cercanas a las cuencas cocaleras de Inambari – Tambopata y San Gabán, y la Zona Reservada del Güeppi intervenida por la zona cocalera de Yubineto en Loreto.
En el 2011, instituciones nacionales encargadas del monitoreo de cultivos ilícitos, ligados al Ministerio del Interior, alertaban de la presencia de cultivos de coca ilegal en 16 ANP, que además de las identificadas en el reporte UNODC del 2008, se sumaban zonas Reservadas de Santiago Comaina y Tuntanain, Coto de caza de Sunchubamba, la Zona Reservada de Sierra del Divisor; las Reservas Comunales del Sira, Yanesha, Ashaninka, Amarakaeri, el Parque Nacional del Manu; el Bosque de protección San Matías San Carlos y el Santuario Histórico Machupichu, con una superficie de cultivos de coca ilegal de más de 6,258 ha, de las cuales cerca de 5,688 ha se encontraban en zonas de amortiguamiento.
¿Cómo ha venido enfrentando esta delicada situación el Sernanp? Pues como se sabe, es un organismo público técnico especializado, el cual depende directamente del Ministerio del Ambiente; y tiene como principal función el dirigir el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas y asegurar su funcionamiento. Debemos suponer que los actuales responsables de este organismo cuentan con algún plan o con alguna unidad o encargado de por lo menos hacer un seguimiento a esta grave situación, no se trata de que asuma directamente la parte de intervención directa y de sanción pues para eso existen otros organismos especializados, pero por lo menos debería existir una coordinación interinstitucional en marcha y con algunos resultados para enfrentar este flagelo.
Lo que viene ocurriendo en la Zona Reservada de la Sierra del Divisor, lamentablemente nos da indicios que poco o nada se está haciendo para enfrentar el problema, ojala nos equivoquemos y por ello emplazamos al actual Jefe del Sernanp a que le explique al país de la real situación por la que atraviesan las ANP respecto a los cultivos ilícitos y cuáles son las medidas que se están ejecutando para atender esta situación que pone en riesgo a estos territorios que se suponen deberían estar libres de estas amenazas y que por el contrario deberían contar con todas las garantías para su conservación y sostenibilidad futura.
[1]https://www.unodc.org/documents/peruandecuador//Informes/MonitoreoCoca/Informe_monitoreo_coca_2014_web.pdf
[2] http://larepublica.pe/impresa/politica/16262-la-coca-amenaza-sierra-del-divisor
[3] https://www.unodc.org/documents/peruandecuador//Informes/ICMP_Reporte2009.pdf