Ingenieros peruanos crean máquina que aspira gases nocivos y bota oxígeno

El ingeniero Jorge Gutiérrez reveló la existencia de una máquina de cinco metros de altura que aspira las partículas y los gases nocivos y bota oxígeno, propuesta como una solución a ciudades de alta contaminación como Lima. Aunque le dicen el súper – árbol, Gutiérrez, uno de sus creadores, la define como un gran pulmón para la ciudad.


Sin embargo, Gutiérrez indica que hasta no hacer masivo el proceso y poner decenas o cientos de estas máquinas, de nombre PAU-20, no es posible cuantificar los beneficios para la ciudad. Actualmente, solo hay una de estas máquinas en actividad, ubicada frente al Ministerio de la Producción, en Lima.



Esta máquina permite purificar 200.000 m3 de aire por día, lo que equivale a la respiración de 20.000 personas. Además, en cuanto a gas carbónico su función equivale a la que realizan 1.200 árboles, destacó Gutiérrez a la agencia AFP, y agregó que también procesa el óxido nitroso y el óxido sulfuroso.


 


Además, este purificador, que es una gran caja azul de 3,5 metros x 2,5 metros con rejillas de aspiración por sus cuatro lados desde los 65 centímetros de altura hasta sus 5 metros al tope, retiene partículas como carboncillo, arenilla, el asbesto de las pastillas de frenos de los autos y hasta caucho producto del desgaste de las llantas.


 


El aire purificado que sale de una de las chimeneas es dirigido mediante un tubo de plástico flexible hacia abajo, de manera que la gente que pasa por allí pueda introducir su cabeza en el tubo para respirar el aire limpio. Incluso, muchas personas que se quedan allí por minutos dicen sentirse luego mucho mejor.



Gutiérrez explicó que la máquina, mediante varios procesos, crea las condiciones termodinámicas adecuadas para que los contaminantes queden fijados en agua. Esta agua luego es depositada en un desagüe con gases disueltos y queda un resto en lodo estéril. Además, el lodo es analizado para hacer estudios de impacto ambiental. 
En la población minera de La Oroya, unos 250 km al este de Lima y considerada como una de las ciudades más contaminadas del planeta, sobre todo por las partículas de plomo, hay un gran interés por llevar estas máquinas.


Para su funcionamiento, la PAU-20 requiere de una energía eléctrica de 2,8 kilowatts por hora, apenas un poco más que una aspiradora industrial, y 60 litros de agua por día. Sin embargo, Gutiérrez resaltó que la idea es aprovechar la energía solar a futuro.  
Señaló que la idea ha despertado interés en países como España, Estados Unidos, Chile y Corea del Sur, que se han contactado con él para ver si puede implementarse en esos lugares. Y agregó que sin la empresa privada o el Estado es imposible poner en marcha una de esas máquinas, que tiene un costo de unos US$ 100.000 dólares.