La región de América Latina y el Caribe perdió unos 64 millones de hectáreas de superficie forestal de 1990 a 2005 y ocupa el primer lugar en el mundo en cuanto a especies de árboles consideradas en peligro, según un informe publicado hoy por la FAO.
La tasa anual de variación de la superficie forestal de 2000 a 2005 fue del -0,51%, en comparación con el -0,46% de la década de los 90, indica el informe «Situación de los bosques en el mundo», presentado en la apertura de la 18 sesión del Comité Forestal de la FAO.
América Latina y el Caribe dispone de abundantes recursos forestales, un 47% de las tierras, que representa el 22% de la superficie forestal mundial, pero junto a µfrica son las regiones que experimentan mayores pérdidas.
Entre 1900 y 2005 América Latina y el Caribe perdió alrededor de 64 millones de hectáreas de superficie forestal, la cual creció un 11% en el Caribe, pero retrocedió un 19% en América Central y un 7% en el sur.
Aunque la región dispone de una biodiversidad forestal «sumamente rica», no menos de diez países poseen al menos 1.000 especies de árboles, figura «en primer lugar en el mundo en cuanto al número de especies de árboles consideradas en peligro o vulnerables a la extinción», agrega el informe.
El documento indica que los países de la región «están combatiendo una batalla difícil para retener sus bosques primarios» con «considerables esfuerzos», incluido un aumento de más del 2% en la superficie forestal destinada principalmente para fines de conservación y diversidad biológica.
La causa principal de la deforestación registrada entre 2000 y 2005 en América Central y del Sur fue la conversión de los bosques en tierras agrícolas, aunque la superficie forestal creció en países como Chile, Cuba y Uruguay, y las plantaciones forestales aumentaron en toda la región.
El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destaca como «interesante» el caso de Costa Rica, único país de América Central que perdía superficie forestal en el decenio de los 90, pero que entre 2000 y 2005 experimentó un aumento de las hectáreas.
Este cambio de tendencia «puede estar relacionado», según el informe, con las políticas innovadoras para financiar la ordenación forestal y el pago por servicios medioambientales, aunque «también pueden haber influido «las fuerzas macroeconómicas que causan una reducción de las tierras agrícolas».
En América Latina y el Caribe, alrededor del 12% de toda la superficie forestal está destinada principalmente a fines de producción, frente a un promedio mundial del 32%, aunque con grandes diferencias entre países.
Así, en Brasil sólo el 5,5% de sus bosques pertenece a esa categoría, mientras en Uruguay se llega al 60%; en Chile el 45% y en Perú el 37%.
La superficie forestal destinada principalmente a fines de protección representa el 11% del total de la región, frente al 9% mundial.
La cooperación regional y subregional para abordar las cuestiones forestales esta adquiriendo fuerza con la creación de redes de lucha contra incendios forestales, para aumentar la eficacia de la ordenación de zonas protegidas y mejorar la ordenación de cuencas hidrográficas.
Varios países de la zona figuran entre los líderes mundiales en cuanto a la aplicación de enfoques innovadores respecto a la reordenación forestal, tales como los pagos por servicios medioambientales.