Con la presencia del Ministro del Interior, Luis Alva Castro, un total de cinco toneladas con 120 kilos y 250 gramos de drogas, fueron incineradas este mediodía en la base de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) de la Policía Nacional, en el ex Fundo Barbadillo en Lima.
Se trata de la segunda quema en lo que va de este año, con lo incautado en operativos realizados por la Dirección Nacional Antidrogas (DIRANDRO) a nivel nacional, entre los meses de marzo y junio pasados.
Alva Castro dijo que esta cantidad se hubiera convertido en 25 millones de dosis de drogas, que iban a ser distribuidas en las calles de las ciudades, envenenando a la juventud, generando mayor violencia y criminalidad y enriqueciendo a las mafias del narcotráfico.
“Es una industria de la muerte. Al no permitir que la droga avance estamos contribuyendo al progreso, el bienestar, la salud y la vida de todos los peruanos”, aseveró.
Advirtió que el tráfico y el consumo de drogas son serias amenazas para la paz, la justicia y el desarrollo del país e instó a todos a comprometerse “en esta cruzada contra las bandas internacionales que pretenden establecer su centro de operaciones en nuestro país”.
Mientras las lenguas de fuego del gigantesco horno incineraban los grandes paquetes con pasta básica (una tonelada con 906 kilos) y clorhidrato de cocaína (dos toneladas y 922 kilos), marihuana (257 kilos con 337 gramos), amapola, alcaloide de opio y heroína, se dio a conocer que este viernes se inaugurará el nuevo sistema de destrucción de drogas utilizando el gas como combustible, gracias a un aporte de la Embajada de los Estados Unidos.