Una organización religiosa, ubicada en Castillo Grande, puso en funcionamiento la Casa de Acogida María Luisa de Jesús, donde atienden y refugian a mujeres y niños víctimas de la violencia familiar en estado crítico o de peligro.
La religiosa Sor Giovanna Zanga, es la impulsora de este centro de atención que se levantó gracias al trabajo de varias personas que demostraron, dijo, amor al prójimo. Zanga manifestó a INFOREGIÓN, que primero se logró tener un terreno y luego, buscaron el apoyo del Fondo Ítalo Peruano logrando la construcción de la vivienda.
El objetivo de esta casa de acogida “es dar a quienes sufren este tipo de violencia, buena acogida, cariño y mediante el empleo de una técnica especial, salgan luego con mucho ánimo y con una visión distinta del mundo”, declaró la religiosa. Explicó que se busca fortalecer su espíritu, de tal manera que no continúe la violencia como posible secuela de lo que la víctima vivió en su infancia.
Aseguró que la protección que brinda esta casa de acogida no se reduce a lo temporal, sino que se hace un seguimiento de los casos.