En Japón, un país del primer mundo en base a la producción industrial y las nuevas tecnologías, y en donde casi no hay espacio para la agricultura, se ha desarrollado con mucho éxito el desarrollo de cultivos futuristas en los rascacielos de las superpobladas ciudades.
El boom se inició en el 2003 con un proyecto de huertos de alquiler del complejo comercial Namba Parks, en Osaka, al oeste de Tokio, y desde esa fecha, más de dos mil personas han participado en el sorteo anual de las 20 parcelas, de 6 metros cuadrados cada una, habilitadas en las azoteas de los rascacielos.
Los felices ganadores pagan 37.800 yenes (equivalentes a 312 dólares ó 226 euros) y tienen acceso a un pequeño terreno en las alturas, en el que cultivan sus propias verduras y hortalizas con la supervisión de los técnicos del centro, imagen que contrasta con las imponentes oficinas en los rascacielos colindantes.