Hace 8 meses se declaró en emergencia el Hospital de Tingo María. Sus autoridades alertaron en ese momento que los servicios de energía, agua, desagüe, techos y conducción de oxígeno habían colapsado y reclamaron la inmediata intervención de las autoridades.
Han pasado 8 meses de la declaratoria de emergencia y todo sigue igual. Igual no, peor, pero nadie mueve absolutamente nada por remediar la caótica situación.
Los techos del Hospital se caen de a pocos y ceden al paso del tiempo y de la humedad poniendo en peligro la integridad física de pacientes y trabajadores. Las ventanas ya no tienen vidrios y han sido reemplazados a medias por antihigiénicos plásticos, son pocas las camas que tienen algún vetusto colchón y de ropa de cama mejor ni hablar, además de sucias, no hay ninguna que se salve de los huecos.
Peor aún se encuentra la sala de operaciones del Hospital. No sólo se encuentra huérfana de los equipos necesarios para las intervenciones quirúrgicas, sino que la estabilidad de sus paredes y techos peligran y van cediendo ante la humedad.
El director del Hospital, Marco Donayre Legua, nuevamente ha advertido que el peligro se cierne sobre los pacientes y la comunidad usuaria, pero ya parece un disco rayado que de tanto decir lo mismo ya nadie hace caso.
La nueva gestión administrativa ha reiterado ante las autoridades del Ministerio de Salud la situación de emergencia hospitalaria en que se encuentra y ha elevado un estudio propuesto titulado “Mejoramiento de la capacidad resolutiva del Hospital de Tingo María”, registrado y habilitado en el Banco de Proyectos en la Sub Gerencia de Formulación de Estudios de Preinversión del Ministerio de Salud.
Este Hospital, categorizado como nivel II-1, es el centro de referencia de una red que abarca la provincia de Leoncio Prado, Huamalíes, el distrito de Chinchao y la provincia de Huánuco; Puerto Inca y Tocache, ambas en la región San Martín; y Aguaytía, en la region Ucayali, con una población aproximada de 300 mil personas.