El ex ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, calificó como un triunfo total del presidente colombiano Álvaro Uribe el ataque al campamento de las FARC, ubicado 1,800 metros dentro de territorio ecuatoriano y que infligió un durísimo golpe al narcoterrorismo al acabar con el cabecilla de esa organización, Raúl Reyes.
“Hizo bien el gobierno colombiano en no avisar ni pedir permiso al Gobierno ecuatoriano antes de la incursión, sino cuando esta ya se había realizado. Es verdad que violó normas internacionales y 1,800 metros de territorio vecino, habitado solo por narcoterroristas. Pero es casi seguro que si hubiera advertido previamente al Gobierno ecuatoriano, este no hubiera permitido el ingreso de tropas colombianas y habría informado a Reyes” asegura Rospigliosi en su columna dominical en el diario Perú 21.
Para Rospigliosi la muerte de Reyes es importantísima dado que si bien era considerado el número dos de las FARC era, en la práctica y debido a la enfermedad del líder histórico, Manuel Marulanda, “Tirofijo”, el número uno de la organización, un elemento importante de cohesión y además el rostro internacional y dialogante de las FARC.
El analista hizo hincapié que los documentos encontrados en las computadoras halladas en el campamento comprobaron las relaciones entre el gobierno de Correa y las FARC, concretamente con el mismo Reyes. “El poderoso ministro de Gobierno, Gustavo Larrea, era el interlocutor de Reyes, con conocimiento y aprobación, por supuesto, de Correa. ¿Larrea no iba acaso a alertar a su contertulio? se preguntó.
Soberanía y actividades ilícitas
“La soberanía territorial de un país debe respetarse. Pero en este caso, el Gobierno colombiano no podía permitir ese juego siniestro en el que los delincuentes de las FARC cometían sus fechorías en Colombia y cruzando unos metros la frontera, ya estaban a salvo, prolongando así sus actividades ilícitas -tráfico de drogas, secuestros y asesinatos- indefinidamente” resaltó.
Puntualizó que a la luz de los hechos, quedó en evidencia que Colombia en ningún momento pretendió ocupar ni un centímetro de territorio ecuatoriano ni perjudicar a sus habitantes, al tiempo que consideró que “la verborrea incontenible y el raudal de insultos del presidente ecuatoriano, solo son una cortina de humo para tratar de ocultar que lo atraparon en falta, negociando con narcoterroristas y, quizás, brindándoles abrigo en su territorio”.
El apoyo de Chávez
Para Rospigliosi el problema se agrava porque las FARC cuentan con el apoyo incondicional del presidente venezolano Hugo Chávez quien además ha tejido sus redes de influencia en América Latina y en Perú tiene al movimiento humalista a un claro seguidor, “pero además existen las Casas de ALBA, las Casas de la Amistad Peruano Venezolanas y Peruano Cubanas, y otros grupos izquierdistas, como Patria Roja, que cada vez se alinean con más descaro con Chávez y su bolsa rellena de petrodólares.
El analista advirtió que las cumbres y anti cumbres que se realizarán en nuestro país este año, serán la oportunidad que esperan estos grupos financiados por Chávez, por lo que estimó que el gobierno debe actuar preventivamente, con una estrategia clara y diferenciando lo que son asuntos policiales de los políticos.
“Los movimientos y la agitación tienen que enfrentarse políticamente y no con persecución policial. En cambio, los posibles actos de sabotaje, terrorismo, actos de violencia o alteraciones del orden público, corresponden al área policial y de Inteligencia, y hay que estar muy atentos en ese campo” advirtió.