El antropólogo Jaris Mujica sostuvo que la historia de los pishtacos que, – según versión policial – habrían asesinado a 60 personas durante varios años a fin de vender la grasa extraída de los cuerpos a empresas cosméticas, puede en verdad estar ocultando ajustes de cuentas y problemas afines vinculados con el tráfico ilícito de drogas en el valle del Monzón.
«Las zonas en la que se les ha capturado es una zona de tráfico de drogas desde hace bastante tiempo y de tránsito de mochileros, además el modo de tortura y asesinato (visto en este caso) está relacionado con formas usadas por el narcotráfico», comentó Mujica en conversación con el programa radial Diálogo Ciudadano que produce INFOREGIÓN.
Explicó que las razones antes expuestas son suficientes para pensar que se trata de actores vinculados al tráfico de drogas. «No eran sesenta personas pues se ha encontrado un cuerpo, a los detenidos se les encontró armas de fuego y drogas, y es evidente que la grasa humana no tiene valor comercial», señaló.
«La razonabilidad de ese conjunto de evidencias muestra un escenario más cercano al conjunto de personas vinculadas al narcotráfico que a pishtacos», afirmó el experto.
Policía usa arbitrariamente mitos andinos
El antropólogo recordó, más adelante, que los mitos sobre pishtacos se encuentran recogidos desde inicios del siglo XIX y que son parte de los imaginarios del mundo andino, espacio en el que – dijo – tienen todo el derecho de desarrollarse. No obstante, criticó el uso arbitrario que la Policía Nacional hizo de esta leyenda en el caso de los desaparecidos y el muerto del Monzón.
«Lo que critico es el uso arbitrario de la Policía de estructuras mitológicas tradicionales para inventar un caso como este», afirmó.
Finalmente, explicó que no es novedad que se vinculen historias similares a la de los pishtacos en zonas donde se encuentra actividad criminal o del narcotráfico. «Resulta extraño que hoy se haya difundido esto que es fácil de probar revisando los diarios del país», puntualizó.
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