Según el presupuesto modificado del 2014, la región Huánuco ha recibido este año S/. 843 millones para inversión y gasto corriente. Entonces, lo que se está discutiendo en materia electoral no es poca cosa.
El primer compromiso que los postulantes deberían asumir es cortar con una práctica sobre la que no existen pruebas concretas, pero parece estar generalizada: el cobro de coimas en las obras públicas.
Transparentar los ingresos y gastos de campaña sería una buena vacuna para este mal. Y si hay empresas constructoras financieras, estas deberían estar inscritas en la lista de donantes de los partidos. Ese es un punto central.
Otro tema pendiente para Huánuco es el narcotráfico. De los 2164 internos en el penal de Potracancha, más de 500 purgan condena por tráfico ilícito de drogas y, mientras esta siga siendo nuestra sombra, la inversión lícita no llegará.
La erradicación del cultivo ilegal de coca en zonas tradicionales como el valle del Monzón o el Alto Huallaga parece estar funcionando, pero aún hay dudas sobre los programas de desarrollo alternativo. Todavía hay mucho trabajo pendiente.
No es posible que se incentive el cultivo de café y cacao sin antes haber regenerado las tierras, sin haber construido carreteras y sin que se haya identificado mercados para estos productos. Sin esto, la erradicación de la hoja de coca seguirá siendo un proceso inconcluso.
Entonces, ocurre lo que hoy vemos. La actividad cocalera migra a otras provincias como Puerto Inca, donde el número de cocales ha aumentado y también el avistamiento de narcoavionetas.
Por otro lado, preocupa la gestión del presupuesto público. Basta una ligera mirada al mapa para recordar que hay obras inconclusas de agua potable en las provincias de Puerto Inca, Huamalíes, Ambo, Huacaybamba.
Los trabajos no se concluyen por incumplimiento de las constructoras. Lo que está sucediendo es que ni el ingeniero residente reside en la obra ni el supervisor del gobierno regional supervisa. Por eso hay tantos trabajos paralizados.
Atender el sector educación es también urgente. En el 2012, Huánuco ocupó el penúltimo lugar solo sobre Loreto. Fue todo un escándalo. Si esto no cambia, los jóvenes terminarían siendo cocaleros o sicarios.
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