El representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Flavio Mirella, dijo hoy que hay “claridad” en los lineamientos del Gobierno en la lucha antidrogas, ya que impulsa el desarrollo alternativo en las zonas cocaleras.
Resaltó que el presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner Ghitis, haya expuesto en el Congreso las principales áreas donde se enfocará el esfuerzo gubernamental para combatir el tráfico de estupefacientes.
“Los lineamientos del Gobierno son muy claros en áreas básicas como las acciones contra los precursores químicos, el desarrollo alternativo, el combate al lavado de activos, y la aplicación de herramientas como la Ley de Pérdida de Dominio”, dijo a la agencia Andina.
Mirella sostuvo que una evaluación de la estrategia antidrogas no debe limitarse únicamente al aspecto de la erradicación de los cultivos ilegales de la hoja de coca, porque la problemática es mucho más amplia.
“La erradicación es solo un elemento de una caja de herramientas mucho más amplia, que involucra aspectos judiciales, productivos, el acceso a créditos, precursores químicos, entre otros, para tener resultados más evidentes”, precisó.
Mirella mencionó, por ejemplo, que un punto importante es el desarrollo posterior a la erradicación, para que los campesinos puedan contar con una alternativa económica y vincular su producción a los distintos mercados.
“Y esos son aspectos donde el Estado ha marcado la pauta concreta durante la exposición del premier, y ahora es cuestión de seguir e implementarla con rigor”, manifestó en diálogo con Andina.
Añadió que la ONUDD continuará su apoyo técnico en esa estrategia, especialmente en regiones donde los proyectos de desarrollo alternativo ya obtienen resultados positivos como San Martín, Ucayali, Junín y Huánuco.
Según explicó, la institución aportó 5 millones de dólares en cooperación técnica para el desarrollo alternativo, y los campesinos que anteriormente cultivaban coca, obtuvieron solo el año pasado 100 millones de dólares en exportación de cacao y palma aceitera.
“El impacto a nivel de generación de recursos se ve claramente porque las empresas y las cooperativas son las que están aumentando sus inversiones y sus ingresos. Vemos que hay más gente interesada en participar”, puntualizó.
Durante la última década, el Perú aplicó una política antidrogas centrada en el programa de erradicación compulsiva de los sembríos de hoja de coca, pero las nuevas hectáreas superan a los cultivos eliminados.
Los cultivos de coca en el Perú bordean las 62 mil hectáreas, según el informe 2010 de la ONUDD.