“Han mentido y están a punto de extinguir a una especie de ave”

Cuando en enero del 2016 la Autoridad Portuario Nacional aprobó el expediente técnico del nuevo Terminal Portuario General San Martín, en Paracas  sonaron las alarmas. La ampliación del Terminal traerá consigo un mayor flujo de grandes embarcaciones de carga, lo que aumentará a su vez el tránsito de camiones.

La preocupación inicial fue por la contaminación ambiental que ello significaría, pero una opinión técnica desarrollada por la Asociación Mundo Azul demostró que el asunto era más grave. La empresa ECSA Ingenieros, encargada del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto, no solo no cumplió con medir adecuadamente el impacto sonoro, sino que consignó datos falsos con el fin de ocultar la inminente extinción del ave emblema del lugar, el Gaviotín Peruano, especie que ya se encuentra en peligro de extinción. Para ver la Opinión Técnica de Mundo Azul click aquí

¿Midiendo la verdad?

De acuerdo la Opinión Técnica de Mundo Azul, ECSA Ingenieros no realizó una adecuada medición del ruido que significaría el aumento del tránsito de camiones (llegarían a 2 mil) en la carretera que lleva al puerto y que pasa por la zona del Sequión, lugar donde descansan, se alimentan y anidan el 30% de todas las aves de Paracas.

El Estudio de Impacto Ambiental presentado por ECSA Ingenieros señala que, de acuerdo a los datos arrojados por la estación de medición Ru-9 ubicada en el Sequión, el flujo de los 2 mil camiones, aumentaría de 47.2 a 49.6 decibeles la bulla del lugar (página 99 del Estudio de Impacto Ambiental). Siendo 50 decibeles el máximo permitido en horario diurno de acuerdo al reglamento de Estándares Nacionales de Calidad Ambiental para Ruido (ECA), no habría mayor impacto sonoro a las aves del lugar.

Mundo Azul, sin embargo, aterriza las cifras comparándolo con un estudio científico de cuatro carreteras, una de ellas con iguales características geográficas y de tránsito que tendría Paracas con el aumento de flujo de camiones.

El documento citado por Mundo Azul, publicado en el 2007 por los científicos Robert Dooling y Arthur Popper, arroja que a 300 metros de distancia de la carretera la medición sonora es de 58 decibeles. Cabe señalar que la playa el Sequión se encuentra a 278 metros de la carretera y que la zona de anidación del Gaviotín Peruano está a solo 100 metros.

Para Austermühle la situación es más grave aún:

        “Este es el punto sobre el cual, según los abogados, se puede estancar todo el proyecto. Las aves reaccionan a la bulla al igual que las personas: se desplazan, abandonan el lugar (…) la literatura científica dice que el impacto sobre las aves es a partir de 40 decibeles en especies sensibles y 50 en las demás. Según la evaluación teórica que nosotros hicimos, la bulla en el sitio de anidación puede aumentar a 65 decibeles, con el cual está garantizado el abandono de los nidos”.

¿Por qué es grave esta situación?

De acuerdo a un estudio publicado por el departamento de Biología de la Universidad Agraria, a nivel mundial quedan entre 1 mil y 2 mil 499 ejemplares del Sterna Lorata (Gaviotín Peruano). De todos ellos, alrededor de 600 anidan en Paracas. “Esto significa entonces, que si tengo aves que son altamente amenazadas de extinguirse y causo bulla, va a causar que abandonen sus nidos, lo que puede llevar a la especie un paso más allá de la extinción”, según Austermühle.

Pero el caso es más grave aún. Austermühle ha encontrado información científica falsa en el Estudio de Impacto Ambiental elaborado por ECSA Ingenieros.

Para sustentar que la bulla de la carretera no afectaría a las aves del lugar, el EIA de Ecsa Ingenieros cita una investigación de alguien apellidado Laiolo para validar que el aumento de 2.4 decibeles en la zona de anidación no afectaría a las aves del lugar. Pero esta información es falsa.

ECSA señala lo siguiente: “Se visualiza que el rango de decibeles en la zona reproductiva no excede lo establecido en el ECA Ruido para zona especial (50dB). Complementariamente, la variación reportada (2.4dB) no excede lo establecido para una afectación significativa en el éxito reproductivo, pues se conoce que variaciones de 5dB-10dB ocasionan efectos negativos en el comportamiento de las aves como respuesta a impacto sonoro (Laiolo 2010)”.

Como demostró el estudio de Mundo Azul, el aumento de decibeles llegaría a 65, lo que excede largamente los 50 dB establecidos por los estándares vigentes. Pero no solo eso, el informe atribuido a Laiolo no existe.

Austermühle señala que: “Ellos han citado en su Estudio de Impacto Ambiental que según la científica Laiolo se requieren 5 a 10 decibeles de aumento para generar un impacto sobre las aves. Me pareció raro, porque en toda la literatura no he encontrado a ese dato. En la lista de referencias del EIA están todas las publicaciones que citan menos esta”.

Él fue más allá y ubicó a Laiolo. Se trata de la reconocida científica italiana Paola Laiolo, especialista en estudio de aves. Si bien publicó un estudio en el 2010, pues éste no hace referencia al tema de la bulla y aves, sino sobre bioacústica. En comunicación por correo electrónico que ambos intercambiaron, ella negó haber escrito el informe que cita ECSA Ingenieros.

Laiolo le escribió lo siguiente: en el trabajo, que aquí adjunto, no hay ninguna afirmación respecto a límites máximos o mínimos de impacto de ruido (…) Por tanto, si en este informe se ha citado mi trabajo (si es que se trata de la revisión que adjunto, puesto que no está en la literatura), confirmo que está mal citado. Creo que se deberían consultar los autores del informe para preguntar, primero, a qué trabajo se refieren si no lo citan, y pedirle dónde precisamente se hace esa afirmación”.

El director de Mundo Azul señala que: “Acá tenemos una situación en el que una empresa ha mentido al Estado peruano, al público y está a punto de extinguir una especie de ave. ¿Cómo puede  ser que Paracas, un sitio RAMSAR (zona húmeda protegida internacionalmente por ser hábitat de aves marinas), donde se protege a las aves a nivel internacional, una empresa puede venir y extinguir una especie de ave protegida? Paracas puede perder su estatus RAMSAR  y esto sería una vergüenza para el país. Este es el talón de Aquiles por el cual todo el proyecto puede caer”.

Llamamos a ECSA Ingenieros sin embargo un ingeniero que se identificó como José Medina señaló que no podía declarar porque el caso está actualmente bajo revisión del SENACE. Es justamente este organismo quien en las próximas semanas deberá resolver si es necesario o no realizar un nuevo Estudio de Impacto Ambiental, lo que podría, dado los importantes hallazgos de Mundo Azul, dar como conclusión el fin de los planes de ampliación del Terminal Portuario.

Por lo pronto, la Asociación de propietarios de Paracas, ASOPARACAS, ha enviado la Opinión Técnica de Mundo Azul al SENACE, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Transportes, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, Ministerio del Ambiente, la Autoridad Portuaria, Ositram, el Consejo de Ministros y el Terminal Portuario Paracas sin obtener respuesta hasta el momento. Para ver el documento con la lista de instituciones a quienes se ha enviado la Opinión Técnica click aquí

El tema ya está siendo visto por abogados quienes ven dolo en la actuación de ECSA Ingenieros. Solo falta que de una vez por todas la defensa medioambiental, tema bandera de la actual gestión de Fabiola Muñoz al mando del Ministerio del Ambiente, sea prioridad ante afanes comerciales.

Texto:

Patricia Caycho.