En una intervención de rutina a bares que funcionan como prostíbulos clandestinos y que en el valle de los ríos Apurímac y Ene se conocen como “prostibares”, efectivos del cuerpo de Serenazgos del distrito de Pichari encontraron a una adolescente bebiendo licor con un cliente.
El operativo se produjo en la zona conocida como la “curva maldita”. La mejor, de apenas 16 años y de iniciales M.A.C. fue entregada posteriormente a sus familiares en tanto que el local fue clausurado.
Minutos antes y con la participación del fiscal y del jefe de Serenazgo, Carlos Sánchez Uriol se logró intervenir 13 locales que no tenían licencia de funcionamiento ni registro de Defensa Civil.
Las meretrices que allí trabajaban tampoco tenían Documento Nacional de Identidad (DNI) ni su respectivo carnet de sanidad.