Hacia un reenfoque de la crisis migratoria en la frontera sur

La crítica situación que atraviesan migrantes de varias nacionalidades en la frontera sur del país necesita ser reenfocada desde una mirada más humana, dejando de lado lecturas que ven el tema solamente desde el lado securitista. Esta fue una de las conclusiones difundidas en transmisión realizada por la Red de Medios Regionales del Perú que abordó la “Crisis migratoria y humanitaria en la frontera Perú – Chile”.

En esta ocasión se contó con la participación de Iris Jave, comunicadora y politóloga, responsable de la línea: Memoria democracia y post conflicto, del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Idehpucp); así como de Analí Briceño, coordinadora nacional de Encuentros – Servicio Jesuita a Migrantes.

La importancia una mirada más humana

Jave consideró que hablar de “la crisis migratoria implica pensar en los procesos de movilidad humana que vivimos en América Latina. Y es bajo es coyuntura que se da en distintas partes del mundo en que «la gente migra por distintas razones: crisis económica, proyectos personales, cambio climático”.

“Creo que la manera en que se está enfocando la crisis migratoria entre Perú y Chile solo se hace por el lado securitista, es decir, mirando el uso de las fuerzas del orden”, afirmó. También se deben tener en cuenta las situaciones de vulnerabilidad de los migrantes y que los Estados involucrados -por normativa interna y convenios internacionales- tienen mecanismos para responder a esta situación, y no solo con el uso de la fuerza, alegó.

Por su parte, Briceño consideró que esta población migrante está en una “situación de inseguridad y emergencia producto de la no comunicación adecuada entre los representantes diplomáticos y las políticas de control migratorio” que nuestro país como Chile han mostrado en líneas generales.

Añadió que los migrantes más vulnerables son las mujeres, niños y bebés. Citó que el Estado peruano tiene la “responsabilidad de acoger a personas en alguna situación de desprotección o vulnerabilidad como en este caso”. Es así que recordó una sentencia del Tribunal Constitucional del 2022 en ese sentido.

El rol de la prensa

Para tratar un tema como este, Jave manifestó que “el rol de los medios es fundamental porque construyen narrativas y usan un lenguaje determinado”. Ante la cobertura mediática observada, muy ligada a temas delictivos o de seguridad, consideró que es fundamental “reenfocar la manera de informar y recoger otras experiencias”.

Al comentar las declaraciones de la periodista Ebbaba Hameida (Reporteros Sin Fronteras), Jave coincidió en remarcar el valor de añadir datos a las historias de la población migrante para presentar al público el contexto bajo el cual se producen. A ello se añade que el periodista maneje una pluralidad de fuentes y que no se quede con la versión oficial, que solo da un ángulo de esta problemática.

Discriminación exacerbada

La discriminación a la población venezolana migrante se suma a la que ya existe en el Perú entre peruanos. Jave recordó el caso que sufrió la población desplazada en nuestro país, durante los años 80s y 90s, que huía del conflicto armado interno. Citando a Julio Cotler, precisó que es un tema “que forma parte de nuestra herencia colonial”. La migración venezolana “exacerba” este fenómeno, consideró.

Además, lamentó que se haya estigmatizado a los migrantes vinculándolos solamente hacia temas de criminalización. Aclaró que, según estudios hechos por varias entidades, no hubo un incremento de la inseguridad ciudadana; además, la mayoría de venezolanos migrantes no cometen los delitos.

Aportes del migrante a la tierra de acogida

Las especialistas remarcaron que la migración conlleva un proceso de enriquecimiento cultural. “Considero importante los aportes de la población migrante al país” que son insumos para un “proceso de integración muy rico”, expresó Jave. A modo de ejemplo, citó a niños y jóvenes peruanos jugando beisbol, cosa que antes no se daba en el país. Añadió la migración conlleva intercambios en la comida, música, profesiones, etc. “Colocar estas nuevas narrativas puede ayudar a la población migrante”, manifestó.

Por su parte, Briceño consideró importante que se remarque que los procesos migratorios por los que ha atravesado nuestro país han significado aportes para nuestra cultura nacional.