El artículo que escribo puede parecer extemporáneo, pues la muerte de tres narcoterroristas abatidos en el Vraem ocurrió el domingo 11. El tema ha sido abordado reiteradamente en los medios periodísticos, pues se ha logrado poner fuera de combate a dos mandos de gran importancia cuyos alias son ‘Alipio’ y ‘Gabriel’.
El nombre verdadero de ‘Alipio’ es Alejandro Borda Casafranca; el verdadero nombre de ‘Gabriel’ es Martín Quispe Palomino. Para certificar sus identidades se acudió al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que realizó las pruebas de ADN. Esto nos parece que vale la pena remarcarlo, pues se ha actuado con la máxima seriedad. La identidad del tercer narcoterrorista abatido en la operación, cuyo alias es ‘Alfonso’, no se ha podido conocer aún.
La familia Quispe Palomino ha sido una de las más importantes bandas narcoterroristas que ha venido operando durante muchos años. Tuvo, en algún momento, abundante cantidad de colaboradores que cumplían ciegamente las órdenes de sus jefes. En los últimos tiempos ese número ha disminuido significativamente.
Si bien es cierto que es muy importante la desaparición de ‘Alipio’ y ‘Gabriel’, este tipo de organizaciones criminales tiene la capacidad de reorganizarse muy rápidamente. Ahora los jefes son ‘José’ y ‘Raúl’. El nombre verdadero de ‘José’ es Víctor Quispe Palomino y el de ‘Raúl’ es Jorge Luis Quispe Palomino. En sus manos están ahora los grupos criminales que todavía siguen operando en la difícil zona del Vraem.
Este duro golpe al narcoterrorismo se produjo gracias a que el servicio de inteligencia ahora está integrado por elementos de las fuerzas policiales y de las Fuerzas Armadas, que trabajan unidos.
Esperamos que se siga mejorando el equipamiento de estos elementos y ojalá en un plazo más o menos corto el país pueda tener otras noticias alentadoras de la erradicación de narcoterroristas, como ahora comentamos.
El año pasado fue capturado otro importante mando narcoterrorista del Alto Huallaga. Se trataba de ‘Artemio’, un cruel asesino cuyo cinismo asombró a sus captores. Su nombre verdadero es Florindo Eleuterio Flores Hala y ahora cumple en la cárcel la pena que se le ha impuesto.
El narcotráfico es uno de los problemas más importantes que desde hace buena cantidad de años tiene convulsionadas diversas zonas de la selva y de la sierra.
Como se sabe, el Perú está entre los más importantes productores de clorhidrato de cocaína, cuyo precio es muy alto en el mercado mundial y por ello siempre habrá delincuentes dispuestos a todo con el afán de enriquecerse. Es inexplicable, por lo menos para mí, la inmensa cantidad de personas que consumen cocaína.
Lo que se debe hacer ahora es intensificar la confiscación de los insumos para fabricar clorhidrato de cocaína, sobre todo el kerosene. Por desgracia, los delincuentes poseen mucho dinero y, con soborno, consiguen llevar grandes cantidades de este combustible para llenar las pozas de maceración de donde saldrá la pasta básica de cocaína y, después, el clorhidrato.
La comercialización de la droga tiene dos grandes vertientes. Utilizando transporte marítimo o aéreo en cantidades significativas o empleando ‘burriers’, personas que llevan algunos kilos generalmente por vía aérea y que no pocas veces logran ser capturados.
A decir verdad, la humanidad siempre ha utilizado estupefacientes. Desde tiempos inmemoriales se ha consumido drogas y se seguirán consumiendo. Una buena educación desde el hogar y el ejemplo de sus padres es uno de los mejores recursos para evitar que los jóvenes consuman drogas. No se debe decaer jamás en esta lucha ni desmayar. En esta verdadera cruzada siempre debemos ser optimistas.