El gobierno de nuestro país debería involucrarse con mayor decisión en el combate contra el narcotráfico, así como contra la corrupción que es el mecanismo que utilizan las mafias para quebrar la acción de la justicia, opinó el ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi.
En la jornada final del Primer Encuentro Nacional de Comunicadores de las Cuencas Cocaleras del Perú: Hacia el Diálogo y la Concertación, que se realizó en Lima los días lunes 13 y martes 14 de diciembre, con el auspicio de la Unión Europea y las Naciones Unidas, el analista indicó que actualmente el Estado presenta muy poco interés en la lucha antidrogas y que la mayor parte del esfuerzo es aportado por la cooperación internacional.
«Por eso, mientras que en Colombia se ha logrado incautar más de 203 toneladas de cocaína en un año, en el Perú la cifra apenas supera las 10 toneladas. Hace falta mayor continuidad y energía especialmente desde las altas instancias del gobierno», insistió.
Rospigliosi dijo que la lucha contra la corrupción es otra arma contra las mafias de las drogas pues éstas tienen como principal objetivo penetrar a las instituciones a través del poder del dinero para corromperlas, especialmente a los entes encargados de aplicar la ley, como el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Policía Nacional.
Papel del periodismo
En ese marco, el papel de los comunicadores sociales, especialmente de los que trabajan en condiciones difíciles en las zonas cocaleras, es fundamental pues deben ejercer la vigilancia ciudadana sobre casos de narcotráfico.
«Se debe apoyar la buena acción policial, como el reciente operativo en el Alto Huallaga, que ha sido exitoso y oportuno. También hay que pedir que los jueces hagan su trabajo», agregó el ex titular del MININTER.
Para Rospigliosi Capurro, la guerra contra el narcotráfico debe tener como objetivo principal la contención del crecimiento de este delito, pues acabar con él es difícil mientras exista demanda por parte de los millones de adictos que hay en el mundo.
Por eso debe insistirse en la reducción de las áreas de cultivo de hoja de coca, incautar la mayor cantidad de droga posible, detectar y cerrar las rutas de exportación de cocaína a otros países y mantener una activa política contra la corrupción.
Los comentarios están cerrados.