Para el analista en temas de narcotráfico Rubén Vargas, el Gobierno debe hacer un esfuerzo y destinar presupuestos a fin de iniciar labores de erradicación de cultivos ilegales de hoja de coca en nuevas zonas cocaleras que destinan su producción al narcotráfico, como Ciudad Constitución y Pichis Palcazú, en la región Pasco; y otras como la del Putumayo y Madre de Dios.
En conversación con el programa radial Diálogo Ciudadano, que emite INFOREGIÓN los fines de semana, advirtió que -de darse esta situación- la cifra anual de hectáreas erradicadas subiría con facilidad de 10 ó 12 mil a las 15 mil hectáreas eliminadas.
«Sin lugar a dudas, si se hiciera un esfuerzo adicional aumentando un presupuesto desde el Estado para que la actividad del control de la coca ilegal se diera en otras zonas como por ejemplo en San Gabán, en el Putumayo, en Madre de Dios, probablemente estaríamos pasando con mucha facilidad las 15 mil hectáreas [de erradicación]», sostuvo el analista.
Añadió, sin embargo, que la cifra actual de erradicación hasta fines del mes de junio que supera el 60 por ciento de lo planteado para el presente año «es bastante optimista». «Eso nos indica que a fin de año podemos superar fácilmente [la meta de 10 mil] y posiblemente poder estar por encima de las 12 ó 13 mil hectáreas», estimó.
Seguir el modelo colombiano
Más adelante, el analista en temas de narcotráfico consideró que lo adecuado en el ámbito de la erradicación de cocales ilegales sería seguir el modelo colombiano que consiste en erradicar la hoja de coca en varias zonas del país con la finalidad de alcanzar metas más altas de reducción de cultivos destinados a los laboratorios de producción de drogas.
«Una de las lecciones importantes que sacamos de la reducción de cultivos de coca en Colombia es precisamente que esta actividad se ha expandido a varias regiones del territorio colombiano de manera simultánea, sin embargo en el Perú estamos erradicando solamente en el Huallaga y con presupuesto de la cooperación internacional», comentó.
«Si bien es cierto, la erradicación marcha como se había programado y con metas superiores, creo que -por la actual situación en que se encuentra el Perú con relación a estos cultivos ilegales de coca- debería hacerse el esfuerzo para que no solamente se llegue a la meta de las 10 mil hectáreas sino que también se supere y se pueda terminar a fines de año con una situación mucho más tranquila», estimó.
Sostuvo que esta acción «posiblemente nos ayude a no terminar en ese primer lugar [de producción mundial de hoja de coca] al que parece que estamos predestinados a llegar en el 2011».
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