Más de un centenar de uniformados, entre miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú, se instalaron en la sede de la única institución educativa de la localidad de Kepashiato, en el distrito cusqueño de Echarati, y lo convirtieron en su centro de operaciones para combatir a los terroristas que secuestraron a trabajadores del Proyecto Camisea.
Según el alcalde de Echarati, José Ríos Álvarez, quien denunció este hecho, la directora del colegio y la Asociación de Padres de Familia (APAFA), se vieron obligados a suspender las labores escolares como medida de protección de los más de 300 niños y niñas que allí estudian.
“Deberían buscar otro lugar para instalarse. Por ejemplo, hay un campo deportivo disponible. Ahora, no sabemos hasta cuándo van a estar los militares. Mientras tanto, los niños perderán clases”, manifestó la autoridad edil.
De otro lado, Ríos Álvarez informó que tropas del Ejército han ido hasta la Municipalidad para pedirles “apoyo logístico”. “Parece ser que el Ejército no está recibiendo el apoyo adecuado de parte del Estado porque nos han pedido alimentación, colchones, entre otras cosas”, explicó.