FF.AA. nunca pidieron asesoría extranjera

El mago. El fiscal especializado en corrupción de funcionarios pudo verificar con testimonios y documentos que los institutos castrenses jamás solicitaron el servicio de adiestramiento extranjero para los efectivos del Vraem. El ex jefe del CCFFAA general (r) Francisco Contreras Rivas inventó el requerimiento que le costó al país 40 millones de soles.

«Nunca, señor. Ninguno de los institutos armados solicitaron al Comando Conjunto, ni a ninguna instancia gubernamental, asesoría o entrenamiento extranjero para la lucha contra Sendero Luminoso en el Vraem. La contratación de una empresa israelí partió de una iniciativa personal del entonces jefe del Comando Conjunto, el general del Ejército Francisco Contreras Rivas», declaró un ex miembro del Estado Mayor del Comando Conjunto al fiscal especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Hamilton Castro Trigoso. La identidad del declarante se mantiene en reserva.

Ni el Ejército, ni la Marina ni la Fuerza Aérea requirieron que militares de otro país dictaran cursos de instrucción para combatir y neutralizar a Sendero Luminoso en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).

El fiscal comprobó que ni siquiera existía un presupuesto para dicho fin.

«Cuando llegaron los israelíes al Vraem, entre los miembros del Estado Mayor del Vraem nos preguntamos qué hacían esos señores en un terreno de combate que desconocen. Dijeron que tenían experiencia en el asesoramiento al Ejército de Colombia que lucha contra las FARC. De acuerdo, pero las FARC no son como Sendero Luminoso, señor», explicó el ex alto oficial al fiscal.

El caso de la contratación de la compañía israelí Global CST por 40 millones de soles es el primero que se ventila en la recién constituida Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, a cargo de Hamilton Castro Trigoso.

¿Cómo pudo consumarse la contratación de un servicio que nadie había pedido.

En el origen está la respuesta.

A SOLA FIRMA

El fiscal Hamilton Castro verificó que todo comenzó el 30 de abril del 2009. Ese día el ex ministro Hernán Garrido Lecca y el propietario de la compañía Global CST, el general Israel Ziv, en reunión con el entonces ministro de Defensa, Ántero Flores Aráoz, ofrecieron el servicio de adiestramiento y asesoría paras las Fuerzas Armadas. Flores Aráoz declaró al fiscal que los derivó al jefe del Comando Conjunto.

Al día siguiente, primero de mayo, siendo feriado, el general Francisco Contreras sostuvo una entrevista con Israel Ziv. Según el informe del fiscal Hamilton Castro, después de este encuentro crucial, Contreras concentró todo su empeño en contratar a Global CST, sin que los institutos armados se lo hubieran pedido.

A la semana, el siete de mayo del 2007, Contreras y su esposa partieron a Colombia. A instancias del general Israel Ziv, el jefe militar peruano concertó una cita con el comandante general de las Fuerzas Militares de Colombia, general Freddy Padilla De León, para que le informara sobre los resultados de las asesorías de Global CST a los militares colombianos. Contreras salió del Perú y sostuvo encuentros protocolares en el extranjero sin haber recibido la autorización del ministro de Defensa,  según el testimonio del ex titular de dicho despacho Ántero Flores Aráoz.

«Yo pagué mis pasajes y los de mi esposa. Y recibí el permiso verbal del presidente Alan García», declaró en su defensa el general Contreras al fiscal Castro. Francisco Contreras, sin embargo, no acreditó el testimonio de García.

Como resultado de los acuerdos no autorizados entre Contreras y Ziv, entre el 10 y 11 de mayo del 2009, una comitiva de militares de Global CST, encabezados por el general Israel Ziv, llegó al Perú y visitó las instalaciones de las fuerzas antiterroristas en el Vraem.

Preguntado por el fiscal si tenía conocimiento de la presencia de personas extranjeras en establecimientos militares encargados de la lucha antiterrorista, el ex ministro Flores Aráoz respondió que el general Contreras tampoco le informó y, por lo tanto, tampoco lo había autorizado. Francisco Contreras Rivas se la jugaba solo, probablemente porque consideraba que tenía el respaldo de alguien influyente en Palacio de Gobierno.

OPERACIÓN PADRINO

Con la información recogida en el Vraem, el 14 de mayo el general Israel Ziv le entregó a Contreras su propuesta de entrenamiento de las fuerzas en el Vraem. Con llamativa rapidez, el entonces jefe del Comando Conjunto expuso el proyecto al más alto nivel en busca de apoyo.

Hasta ese momento, como pudo constatar el fiscal Hamilton Castro mediante testimonios de ex altos mandos de la época y documentos oficiales, no existía la petición de los institutos castrenses para la contratación de la asesoría extranjera. Es más, los oficiales del Estado Mayor del Comando Conjunto declararon al fiscal Castro que no necesitaban dicho servicio.

El 21 de mayo, el general Francisco Contreras se presentó en la reunión del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, dirigida por el mandatario Alan García. En esa ocasión, conforme pudo verificar el fiscal Hamilton Castro en las actas del mencionado cónclave secreto, Contreras argumentó a favor de la asesoría extranjera para la lucha contra Sendero Luminoso en el Vraem, basándose únicamente, por supuesto, en la propuesta del general Israel Ziv.

«(En esa) oportunidad, (Contreras) abordó el aspecto de estrategia militar y otras condiciones que se condicen con la propuesta de la empresa Global CST, evidenciándose así el interés de (Contreras de)  favorecer a la citada compañía (israelí)», precisa en su informe el fiscal Castro.

En la reunión del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, Contreras recibió el visto bueno para emprender el proyecto de contratación de la compañía de Israel Ziv. Por eso, luego, recibió la autorización del Ejecutivo para suscribir el contrato por 40 millones de soles y derivar recursos que originalmente no estaban previstos para el financiamiento de asesores militares extranjeros.

Con el respaldo de Palacio de Gobierno, Contreras «ordenó el inicio del proceso de contratación (de Global CST), sin tener en consideración lo dispuesto por la Ley de Contrataciones del Estado, en el sentido de que todo requerimiento debe partir del área usuaria»; en este caso, las Fuerzas Armadas. Y como documentó el fiscal, los institutos castrenses no hicieron la solicitud de contratación. La supuesta necesidad  de la asesoría recién surgió cuando al general Contreras le presentaron al general Israel Ziv.

Como no existía presupuesto para financiar un servicio que nadie había demandado, Contreras usó otros recursos asignados a la Marina para finalidad distinta. Para justificarse, se sustentó en la reunión en la que había participado el presidente García, el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional.

Con la aprobación del ministro de Defensa Rafael Rey Rey se aprobó el esquema de Contreras para suscribir un acuerdo con Global CST. La faena la completó el entonces jefe del Comando Conjunto como firmante del contrato con la empresa israelí.

«Contreras suscribió el contrato cuyas cláusulas estuvieron dirigidas a beneficiar a la empresa israelí en detrimento del Estado peruano», señala el fiscal: «Estas graves anomalías en el proceso de contratación manifiestan la existencia de un interés indebido y un acuerdo colusorio (acuerdo ilegal) con Global CST». Un millonario caso de corrupción por donde se le mire.

LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

En su defensa, el general Francisco Contreras argumentó ante el fiscal Hamilton Castro que procedió a la contratación porque era necesario que el Comando del Vraem recibiera un adiestramiento especializado en lucha contrasubversiva.

También alegó que cumplió con las normas de la Ley de Contrataciones y que el objetivo fue mejorar el accionar de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el terrorismo.

Los otros acusados por el caso son el vicealmirante (r)  Reynaldo Pizarro Antram; el contraalmirante (r) Rodolfo Reátegui Rodríguez; el coronel FAP Álvaro Guerra Carrillo; el coronel Luis Altez Ríos; el contraalmirante (r) Juan Narro Lavi; Aldro Cruzado Arce; y los israelíes Israel Ziv y Ofer Dvir.

El fiscal Castro resolvió no continuar con la investigación al ex ministro Hernán Garrido Lecca. Adoptó la misma decisión respecto al actual comandante general del Ejército, general Ricardo Moncada, y al jefe del CCFFAA, general Leonel Cabrera, porque se acreditó que no participaron en el proceso de contratación.

EN CIFRAS

9,6 millones de dólares fue el monto del primer contrato con Global CST.

40 millones de soles (US$ 14,2 millones) es el monto final que se desembolsó a favor de Global CST.

5,9 millones de dólares ofreció otra empresa israelí, Armaz Group, por el mismo servicio al CCFFAA.

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