Si estamos en camino a convertirnos en el primer país productor de hoja de coca ilegal y el primer exportador de cocaína a nivel mundial tal como lo indica el Informe Anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de las Naciones Unidas; es sin ninguna duda, porque no existe una estrategia integral de lucha contra el narcotráfico y no se hace nada por luchar contra la corrupción que alimenta esa actividad ilegal, señaló, Rubén Vargas, analista en temas de narcotráfico y seguridad.
El experto recalcó que el Informe Anual de la JIFE, de las Naciones Unidas, es el resultado de un trabajo técnico realizado en los países donde se han suscrito compromisos en los tratados internacionales en materia de lucha contra las drogas y de control de cultivos ilícitos como la coca, marihuana , amapola, entre otros.
“Esta es una clarinada de alerta para el Perú de lo poco o nada que está haciendo el gobierno para reducir los cultivos de ilegales de coca y que nos está convirtiendo en el primer productor de coca ilegal y primer exportador de cocaína, por encima de Colombia y Bolivia, tal como ocurrió en los años ochenta y parte de los noventa”, señaló el especialista a través del programa Diálogo Ciudadano de INFOREGIÓN que se transmite desde San Francisco hacia todo el VRAE.
En otro momento, advirtió que el crecimiento de los cultivos de coca ilegal y la producción de la cocaína, generan consecuencias muy negativas debido a que incrementa la violencia, corrupción, depredación de la selva, incremento de los desastres naturales, ajustes de cuentas, muertes y distorsión de la economía.
Lucha debe ser integral
Vargas Céspedes señaló que para revertir esta situación, se debe diseñar una lucha antidrogas que no debe reducirse a las acciones de interdicción de drogas o a la presencia de las Fuerzas Armadas para supuestamente perseguir a los rezagos de Sendero Luminoso.
“Este problema debe enfrentarse desde una óptica integral, fomentando programas de desarrollo productivo, social y de infraestructura vial. Esa una responsabilidad directa del gobierno peruano y no de la cooperación internacional”, recalcó.
Propuso asimismo promover la unidad de inteligencia financiera en todo el VRAE, Ayacucho, Junín y en las provincias donde se realiza el lavado de dinero del narcotráfico, así como ejercer mayor contrtol a la interdicción de insumos químicos.
«El próximo gobierno tiene que entender que el narcotráfico es una seria amenaza a nuestra democracia y a la integridad de los peruanos. Se debe trabajar urgente, en zonas como el Huallaga y el VRAE, estrategias especiales para desincentivar la producción de coca ilegal, bajar la rentabilidad de la hoja de coca y controlar efectivamente las rutas por donde ingresan los insumos químicos al VRAE. S
Estimó que si solo se lograra controlar el 70% de esta actividad, el precio de la hoja de coca ilegal bajaría, no tendría compradores y precisó que si esto se pudiera mantener durante un año, sería un excelente mecanismo para que el campesino vuelva a los cultivos tradicionales.
El narcotráfico y la corrupción
El especialista recalcó que el narcotráfico no existiría en el Perú si no existirían policías, jueces, fiscales y militares corruptos.
“Si estamos en camino a convertirnos a en el primer productor de hoja de coca y el primer exportador de cocaína a nivel mundial, es sin ninguna duda, porque hay policías, jueces, fiscales y militares que están vinculados estrechamente con el narcotráfico. El hecho que anualmente se incaute solo el 10 % de la cocaína que producimos, no solo es ineficiencia, es también corrupción. Si seguimos mirando de costado tendremos a una policía tan corrupta como la mexicana de la cual tendremos que protegernos”, advirtió.