Los volúmenes de exportaciones de café registran entre enero y agosto de este año 20.54 % menos que el 2013, al sumar un millón 892 mil quintales, contra 2 millones 381 mil sacos de 46 kilos en similar período anterior. Esta reducción hace prever que al finalizar el año las exportaciones lleguen apenas a 4 millones 100 mil quintales, en comparación a los 5 millones 135 mil registrados a diciembre del 2013.
En cuanto al valor exportado, fue de 313 millones de dólares, representando una caída de 5.68 % en los primeros ocho meses del año, contra 332 millones registrados en el mismo período del 2013. Esto significa 18 millones 867 mil dólares menos hasta hoy, informó la Junta Nacional del Café a INFOREGIÓN.
Según reportes de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) el menor volumen embarcado fue compensado por un precio alto en el mercado internacional, de 26.07 dólares por quintal, en el período enero-agosto del año 2013.
El presidente de la Junta Nacional del Café (JNC), Anner Román Neira, sostiene que tal como van las cosas, las perspectivas a diciembre no son optimistas, pues el volumen de exportaciones alcanzaría solo los 4 millones 100 mil de quintales, cifras menores a los embarques del año 2009, que fueron las más bajas de los últimos seis años.
Agregó que, sin embargo, el valor de las exportaciones bordeará los 730 millones de dólares, es decir casi 5% más que el 2013, en ingresaron 692 millones de dólares. Esto debido a la subida en el precio del café en el mercado internacional.
El dirigente cafetalero indicó que la cosecha de este año llegará apenas a los 4 millones 200 mil quintales, no solo por las secuelas del cambio climático que hizo surgir la roya amarilla, sino también por la ausencia de una política de efectiva promoción de la caficultura, que obvia la concertación estratégica con el sector privado organizado, tanto de productores como exportadores.
“Los productores estamos muy preocupados con esta situación. Nos hemos reunido para evaluar el problema por el que atravesamos y que limita el desarrollo de la caficultura peruana a pesar de tener un café de calidad. Venimos demandando al gobierno que declare el cultivo en emergencia, esta vez no por una cuestión sanitaria sino los problemas estructurales que pasamos, que implica una urgente política de renovación, financiamiento técnico y acceso a crédito”, indicó.