“La Amazonía está en riesgo. La situación ambiental se está agravando, manteniéndose graves ritmos de deforestación, pérdida de la biodiversidad y funcionalidad climática, y una forma de ocupación territorial desbalanceada”, esta es una de las conclusiones de la Declaración emitida en Lima por el Panel Internacional de Ambiente y Energía en la Amazonía, que se reunió ayer en nuestra capital en el Foro Público “Ambiente, Energía y Gobernanza en la Amazonia Post Río+20”.
Según la Declaración “sobre la región se impone el estilo de desarrollo primarizado de las economías nacionales, como proveedora de recursos naturales para otras regiones y los mercados globales. Se acentúa el contraste entre la Amazonía como reserva de una rica biodiversidad pero a la vez un área crecientemente urbanizada. De estas y otras maneras, persiste un imaginario cultural de la Amazonía como proveedora eterna del crecimiento económico”.
Tras reconocer que existe un problema serio de falta de información sobre la Amazonía, la información disponible indica que los cambios sociales y ambientales se están acelerando; y se observan impactos mayores, tanto en intensidad como en cobertura geográfica.
“Esperamos, además, nuevos cambios que hoy no son vislumbrados. Por lo tanto, el tiempo disponible para las respuestas desde la sociedad civil y los gobiernos se reduce, las opciones de adaptación son mas estrechas. Concluimos en subrayar que se impone un sentido de urgencia para enfrentar el ritmo de estos problemas” señala el documento.
Los especialistas observan algunos procesos en marcha, como la proliferación de grandes proyectos de hidroeléctricas, los cuales degradan el ambiente y generan efectos sociales negativos y el avance de la explotación de hidrocarburos o la megaminería.
Asimismo “la trama de carreteras y otras conexiones físicas que se abren en el interior amazónico y las serias problemáticas que siguen aquejando a los pueblos indígenas, amenazando a muchos con su desaparición”.
Otro problema visualizado es la continua extracción de recursos naturales que es responsable de muchos problemas ambientales, los que tienen efectos evidentes no sólo dentro de la región amazónica, sino que también repercuten a nivel continental y global.
“Reconocemos que existen medidas ambientales y sociales en marcha en todos los países. Pero consideramos que éstas, en buena medida, siguen siendo incompletas e insuficientes para enfrentar los problemas sociales, económicos y ambientales actuales. Esto explica que en muchos casos estallen conflictos socioambientales. Varias de estas disputas son abordadas desde la judicialización y criminalización de la protesta”, especifica la Declaración.
Asimismo precisa “entendemos que los cambios políticos en varios países de la región, han desembocado en un nuevo protagonismo estatal y políticas sociales de asistencia económica, pero simultáneamente se ha reforzado la intensidad en la apropiación de recursos naturales para alimentar exportaciones. Paralelamente, en todos los países amazónicos se observan distintos tipos de limitaciones en la gestión e institucionalidad”.
El documento hace referencia a la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), señalando que “no siempre responde a los intereses locales, y en muchos casos se convierte ésta misma en fuente de impactos (…) este tipo de desarrollo responde esencialmente a las dinámicas del comercio global, que también define el ingreso de inversiones, tanto nacionales, regionales como globales”.
Enfrentar los problemas amazónicos de otra manera
Bajo estas condiciones, el Panel sostiene que “es necesario comenzar a discutir los límites ecológicos de la apropiación de la Naturaleza amazónica y afirmamos que el desarrollo actual es insustentable. No proponemos ambientes intocados o sin humanos, pero consideramos que la región no puede abastecer el consumo de todos los mercados, nacionales y globales, ya que ello llevaría a su destrucción”.
Una de las alternativas planteada es determinar los umbrales y extensión en la apropiación de los recursos naturales, identificar sus destinos prioritarios, y el tipo de desarrollo a seguir. “Pero esto no puede ser hecho únicamente desde las ponderaciones económicas, y se vuelve necesario atender nuevos marcos éticos frente a los ambientes amazónicos, destacándose el reconocimiento de los derechos de la naturaleza”.
Finalmente propone reformular la gobernanza amazónica. “Coincidimos que es indispensable contar con una gobernanza regional amazónica. A nuestro juicio, los esquemas de gobernanza regional actuales a nivel específico como es el caso de la OTCA, o a nivel regional, como pueden ser la Comunidad Andina, MERCOSUR o UNASUR, no han sido efectivos para cumplir ese rol”. El foro fue promovido en nuestro país por Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DRA) y el Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES).