Existen más de mil millones de personas desnutridas en el mundo

De acuerdo a las informaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) existen más de mil millones de personas desnutridas en todo el mundo, cifra equivalente a la suma de las poblaciones de América del Norte y Europa.

Los países que poseen el 5% de su población desnutrida son Rusia, Estados Unidos, Japón, Canadá, México, Costa Rica, Chile, Uruguay, Argentina y las naciones europeas. Por su parte, los estados que cuentan con menos del 5% de su población desnutrida son Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Siria, Arabia Saudita, Irán, Sudáfrica y Gabón.

Según el PMA, una de cada seis personas en el mundo no tiene alimentos suficientes para estar saludable y llevar una vida activa. Haití registra una desnutrición muy alta, mayor al 35% de toda su población. República Dominicana y Bolivia tienen una tasa  moderadamente alta, entre 20% y 34%.

Honduras, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Paraguay figuran en la categoría moderadamente baja, con niveles de desnutrición de entre 10% y 19%. Finalmente, la tasa de desnutrición de Brasil fluctúa entre el 5% y el 9%.

El problema

El informe del PMA indica que el hambre, para las naciones en desarrollo, representa un costo mayor a 450 mil millones de dólares al año. La institución  mundial contribuye con alimentos para salvar vidas ante desastres naturales, guerras o conflictos civiles y además, ayuda a las comunidades a reconstruir sus vidas destrozadas.

Entre las principales causas del hambre figuran los desastres naturales, los conflictos, la pobreza, la falta de infraestructura agrícola y la sobreexplotación del medioambiente. Actualmente, el número de personas con hambre se incrementó debido a las crisis financieras y económicas.

El programa de Naciones Unidas explica que existe otro tipo de hambre, el cual se genera debido a la deficiencia de micronutrientes en la alimentación, que hace a las personas más susceptibles a las enfermedades infecciosas, perjudica el desarrollo físico y mental, reduce la productividad laboral y aumenta el riesgo de una muerte prematura.

Como se sabe, los cinco objetivos estratégicos del PMA son salvar vidas, prevenir el hambre, reconstruir las comunidades, reducir el hambre crónica y la desnutrición y fortalecer la capacidad de los países para reducir el hambre.