Los llaman los «arrepentidos». Los jefes senderistas del Vraem harían cualquier cosa para eliminarlos. ¿El motivo? Los «arrepentidos» son ex terroristas que se entregaron a las autoridades y hoy actúan como informantes de la Policía Antiterrorista. Conocen desde adentro a la organización.
Son capaces de ubicar geográficamente los escondites de los cabecillas, sus frecuentes rutas de escape, los refugios de los niños secuestrados. Y lo mejor de todo, están en condiciones de identificar a los principales mandos. Las últimas y exitosas operaciones de las fuerzas del orden se deben en buena parte a la información que los «arrepentidos» entregaron. Y lo continúan haciendo.
La República entrevistó a cinco de los «arrepentidos» que contribuyeron en las operaciones»Albergue», «Nuevo Horizonte», «Mantaro» y «Ocaso Rojo». Ellos fueron los que guiaron a las fuerzas antiterroristas hacia los campamentos senderistas y las condujeron hasta la guarida del «camarada William», quien murió al tratar de defenderse, y del «camarada Jorge», que escapó por un pelo, pero abandonó valiosa información.
Los testimonios de los «arrepentidos» permiten reconstruir la historia de la formación de la organización terrorista en el Vraem, así como la mentalidad y la actuación de los líderes, los hermanos Víctor, Jorge y Martín Quispe Palomino: los camaradas «José», «Raúl» y «Gabriel». Se trata de información de primera mano, vital para el conocimiento del enemigo.
TESTIMONIO DE «HUGO»
Yo estuve más de 15 años en el partido (Sendero Luminoso). Crecí en un campamento llamado «Caracol». En ese lugar había varios niños. Desde pequeño me enseñaron la doctrina del marxismo-leninismo-maoísmo. A veces jugábamos a la pelota con otros niños, pero era obligatorio aprender a manejar todo tipo de armas, desde una pistola hasta un fusil AKM, pasando por un lanzagranadas RPG. En «Caracol» conocí al «camarada Raúl» (Jorge Quispe Palomino). “Hermanos, hay que organizarnos. Vamos a luchar contra este Estado hambreador.
Ya no vamos a vivir en esta pobreza. Vamos a ser todos iguales, ya no habrá más explotación”, nos decía «Raúl». Al cumplir 11 años de edad, otros niños y yo fuimos asignados a una «fuerza local». Recuerdo que «Raúl» me dio un fusil y me dijo: «Ya eres un combatiente». Dos años después, me pasaron a la columna que dirigía el «camarada Dalton» (Jaime Zúñiga Córdova).
Con él sufrimos mucho porque nos pegaba con latigazos. Cuando nos ordenaba cargar bultos por las quebradas durante todo el día, nos azotaba para que no descansemos ni un minuto. Nos pegaba y nos gritaba: «¿Hasta cuándo no van a aprender a ser guerrilleros? ¡Ya no son niños, carajo!». En 1999, nos enteramos de que el»camarada Raúl» había sido detenido en Huancayo.
En ese tiempo todavía estaba al mando el «camarada Feliciano» (Óscar Ramírez Durand). Unos meses después, en el mismo año 1999, «Feliciano» fue detenido. Tuvimos una reunión y todo parecía indicar que el nuevo responsable sería el «camarada Alipio» (Orlando Borda Casafranca), pero «José» (Víctor Quispe Palomino) se opuso. Dijo que «Alipio” no estaba preparado para asumir la dirección del partido porque no sabía de política. Era torpe y bruto, pero diestro en lo militar. En esa reunión escogieron a «José» como el responsable del partido. Y sigue hasta ahora.
TESTIMONIO «MARCO»
En el 2005 me enteré de que el «camarada Benito» se había incorporado a la guerrilla. Se había convertido en el favorito de los hermanos Quispe Palomino y de “Alipio”porque era un excelente combatiente. «Benito» estaba al mando directo de «Raúl» (Jorge Quispe Palomino). Con el tiempo, se descubrió que «Benito» tenía un plan para asesinar a «Raúl». Contaba con la colaboración de cinco combatientes, entre ellos la “camarada Rocío”, la mujer de «Benito».
Sin embargo, «Raúl» llegó a enterarse de todo. Convenció a golpes a «Rocío» para que delatara a su marido y a todos sus cómplices. «Raúl» ordenó matar a todos. “Yo no voy a gastar ni una sola bala con ustedes. Yo los voy a hacer sufrir, carajo, y después los degüello», gritaba «Raúl» dirigiéndose a “Benito». Tres horas lo torturaron porque no quería decir una palabra hasta que lo degollaron. Al cómplice de «Benito», «camarada Roger», le clavaron un cuchillo en el cuello y murió desangrado. «Roger» se le enfrentó a «Raúl». Le decía: «¡Mátame tú, si eres valiente!».
Pero «Raúl» no le hizo caso. Lo mismo hicieron con «Rocío», que estaba embarazada. Todos fueron arrojados en una poza.
CAMARADA «DIONISIO»
Al lado del “camarada José” (Víctor Quispe Palomino) fui testigo de muchos abusos. Por ejemplo, las mujeres del campamento terminaban convirtiéndose en amantes de “José”. Nadie se salvaba. Peor era cuando se embriagaba con aguardiente o guarapo, sus licores preferidos.
Le daba «diablos azules» y le gustaba golpear a los combatientes. Hasta con la comida era mezquino. Cuando cazábamos animales en el monte, toda la carne era para “José”. Él comía lo mejorcito, arroz, fideos, aves, mientras que los combatientes solo nos alimentábamos con sopa de maíz o «pituca». A veces nos peleábamos por un pedazo de jabón o por un poquito de pasta dental. En el 2001, me asignaron al mando del «camarada William» (Víctor Castro Ramírez).
Con «William» emboscamos varias veces a la Policía de Carreteras porque molestaban mucho a los «mochileros». No solo les cobraban «cupo», sino también les robaban la droga. La gente estaba harta y eso llegó a oídos del «camarada José”, quien ordenó eliminar a los policías.
El narcotráfico es el alimento para el partido. De eso vivían «José» y «Raúl». A mí no me pueden decir mentiroso, porque yo he sido testigo, yo he visto, yo he transportado el cargamento de la droga. En una oportunidad “Raúl” nos mandó a llamar al Vizcatán. Había como 400 kilos de droga para transportar. La mercancía era de un narcotraficante que le pagaba en dólares a «Raúl». «Ustedes son responsables de la carga», nos decía «Raúl». Caminamos durante cinco días cargando la droga. Al final ni un sol nos dio. Todo era para «José».
TESTIMONIO DE «NOE»
En el 2005 me destacaron a Razuhuillca, en Huanta, bajo las órdenes del «camarada Gabriel» (Martín Quispe Palomino). Nuestra misión fue hostigar a las patrullas militares. Tres años después empezó el operativo “Excelencia 777”. Tres mil soldados fueron desplegados en la zona. Eso alertó a «José» y a «Raúl». A fines de ese año terminó el operativo. Se hizo un balance de lo que se hizo y «José» nos llamó la atención por no haber captado más combatientes. Yo ya estaba harto. Ya tenía la intención de escaparme. Pero pensaba en mi madre y mis cuatro hermanos que estaban dentro del partido. En el 2009, regresé nuevamente con «Gabriel». Mi relación con él no era muy buena, porque «Gabriel» era relajado, no cumplía las órdenes de sus hermanos. Siempre nos abandonaba para ir en busca de una enamorada que había conocido por la zona. Es un delincuente como cualquiera, solo que habla de la revolución, de los pobres, del comunismo. Pero todo es solo un discurso. No pasa de eso. Por eso, un día que dormíamos en la casa de un colaborador, aproveché para escaparme. Aquel día caminé durante tres días por el monte. No comí nada. Solo tomaba agua del río. Pero mi decisión no fue en vano. Mi vida ha cambiado. Ahora colaboro con las autoridades para acabar con ese infierno que casi acaba conmigo.
LA EXPERIENCIA DE «SONIA»
La «camarada Sonia», otra senderista «arrepentida», relató su experiencia:
«Una noche de lluvia llegaron los senderistas a mi casa. Todos estaban armados. Yo tenía 20 años. Estaban al mando del ‘camarada Basilio’. Nos obligaron a abandonar nuestras chozas. En ese tiempo estaba con mis tres hijos menores. Vivíamos en San Martín de Pangoa. Dejamos todo, solo con nuestras ropas puestas salimos hacia el monte. Ellos decían que teníamos que colaborar con el partido y la revolución».
NIÑOS SENDERISTAS…
«Después de varios días de caminata llegamos al campamento. Allí nos recibió la ‘camarada Olga’. Ella seleccionó a todos niños y los mandó a una guardería a cargo de otras mujeres y ancianos. Yo no quería separarme de mis hijos, pero era una orden del ‘camarada José’. A mis hijos los entrenaron militarmente. Cuando cumplieron 11 años, ‘Olga’ se los llevó a otro campamento. Nunca más los volví a ver. Hasta que nos rescataron».
EN CIFRAS
1999 es el año en que el «camarada José» asume el liderazgo terrorista en el Vraem.
11 años es la edad que eligen los senderistas para asignar armas a los niños.
4 exitosas operaciones antiterroristas se han realizado con participación de «arrepentidos». (Doris Aguirre)
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