El presupuesto inicial de más de 2,400 millons de nuevos soles destinado para el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) evidencia que allí habrá una “agresiva presencia” del Estado, dijo Luis Rojas Merino, secretario ejecutivo de la Comisión Multisectorial para la Pacificación y Desarrollo Económico Social de esa zona.
Sostuvo que la suma, en comparación con la partida inicial asignada en 2012 de 1,640 millones de nuevos soles, evidencia un incremento de 53%, monto importante para desarrollar obras de infraestructura y crear oportunidades para la población.
Precisó que más de 1,100 millones de nuevos soles serán gestionados por 40 municipalidades del VRAEM, que es una zona agreste que incluye provincias y distritos de la selva y sierra central del país, donde se refugian remanentes subversivos aliados al narcotráfico.
Rojas Merino dijo que a nivel vial, una de las principales obras que se ejecutará es el asfaltado de la carretera Quinua-San Francisco, que consta de 92 kilómetros y que demandará una inversión de 600 millones de nuevos soles.
Esta vía permitirá integrar el distrito fronterizo de San Francisco con Huamanga, capital del departamento de Ayacucho.
“Este año se termina la carretera Kiteni-Palma Real-Kimbiri en el Cusco y la trocha que unirá Pangoa con el Ene en Junín. Con eso vamos a tener un eje vial importante desde Satipo hasta el Cusco, para alentar el turismo y el intercambio comercial”, anotó.
Refirió que en el VRAEM trabajan en forma directa 22 instituciones y programas de Estado.
Nueva estrategia andina
El secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Adalid Contreras, precisó que la lucha antidrogas en la región requiere de una estrategia con un enfoque humano y de desarrollo social ante el fracaso de políticas basadas solo en la interdicción.
Por ello, dijo, la Estrategia Andina de Lucha contra las Drogas tendrá un carácter integral, para abarcar el proceso completo del problema de las sustancias ilegales: prevención, producción, tráfico y consumo.
Explicó que los países andinos coinciden en que la lucha basada en la erradicación, el uso de la fuerza y la interdicción no es una buena alternativa. “Nuestro objetivo es que el esfuerzo de combatir las drogas sea más humano, más social, más centrado en el respeto de los derechos de las personas, de las sociedades. Ese es el enfoque que necesitamos”, declaró. En la zona andina, principalmente en Colombia, Perú y Bolivia, se concentran las mayores plantaciones de hoja de coca ilegal del mundo, insumo básico para la elaboración de cocaína (El Peruano).