El año pasado, el Estado, a través del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y de los gobiernos regionales, ejecutó unas 1 081 intervenciones, lo que generó el decomiso de 10 398 ejemplares de nuestra fauna silvestre entre vivos, muertos (partes, como cráneos, pieles, etc.) o disecados que eran comercializados de forma ilegal.
La lucha contra el tráfico ilegal de animales silvestres por parte de las autoridades se ha intensificado, del total de las intervenciones, 715 corresponde a las Administraciones Técnicas Forestales y de Fauna Silvestre (ATFFS), órganos desconcentrados del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) del Minagri, que decomisaron 9 088 animales, la mayoría de ellos vivos.
Así lo informó la Directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Serfor, Jessica Gálvez-Durand, y agregó que los gobiernos regionales quienes tienen las funciones forestales y de fauna silvestre transferidas realizaron 366 intervenciones que generaron el decomiso de 1310 ejemplares, la mayoría de ellos muertos o disecados.
Los animales silvestres más traficados en el país son, en anfibios, la rana acuática jaspeada (Telmatobius marmoratus), especie endémica del Lago de Junín y la rana del Titicaca (Telmatobius culeus), especie originaria del lago más alto del mundo; en aves figuran el perico de ala amarilla (Brotogeris versicolurus) y el botón de oro (Sicalis flaveola).
Entre los reptiles están la tortuga taricaya (Podocnemis unifills) y la tortuga motelo (Chelonoidis denticulata); y finalmente, en mamíferos destacan el mono fraile (Saimiri macrodon) y el mono machín (Sapajus macrocephalus), indicó Gálvez-Durand del Serfor, se informó a INFOREGIÓN.
Las rutas
Como parte de la implementación de la Estrategia Nacional para reducir el tráfico ilegal de fauna silvestre 2017 – 2027, el SERFOR del Minagri, con el apoyo de la Wildlife Conservation Society (WCS), presentó las nuevas rutas del tráfico ilegal de fauna silvestre en el país, identificadas por vías fluviales, aéreas y terrestres.
Entre las nuevas rutas por la vía terrestre se encuentran la carretera Panamericana Norte que conecta Lambayeque, La Libertad, Piura, Tumbes; la Carretera Longitudinal de la Sierra Central (Ancash, Huánuco, Junín, Tarma, La Oroya); la Carretera Longitudinal de la Sierra Sur (Cusco, Ayacucho, Ica) y la Panamericana Sur que une Arequipa, Moquegua, Tacna, entre otras vías, por las que ingresan y salen ilegalmente especímenes de nuestra fauna silvestre.
Las principales vías fluviales identificadas son los ríos Tigre y Pastaza; los ríos Marañón y Amazonas; el río Madre de Dios y el Ucayali. Entre las rutas aéreas, se identificó las de Maynas a Iquitos; de Purús, Sepahua y Atalaya a Pucallpa; y de Tahuamanu y Tambopata a Puerto Maldonado.
La identificación de las nuevas rutas se realizó gracias a un trabajo multisectorial desarrollado el año pasado donde participaron instituciones como la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (SUNAT), la Dirección General de Capitanías y Guardacostas del Perú (Dicapi), la Policía Nacional del Perú, entre otros actores vinculados a la protección de nuestro patrimonio natural.
Caso Lima
En el 2017, la ATFFS Lima, a través de sus sedes y puestos de control ubicados en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, el puerto de Callao y las tres principales carreteras de ingreso a la capital del país (Panamericana Sur y Norte y la Carretera Central), registró 168 intervenciones.
Este es el mayor número de inspecciones a nivel nacional y mediante el cual se logró decomisar 1516 ejemplares de animales silvestres, la mayoría de ellos muertos o disecados. Dicha cifra hace pensar que Lima es la ciudad de destino final a nivel nacional, tanto para la demanda nacional, como para enviar animales silvestres vivos, disecados, en partes al extranjero