Representantes de países latinoamericanos se reunieron en el seminario taller «Gestión de las áreas marinas y costeras protegidas en América Latina: elementos para su planificación y manejo». Este evento fue convocado por la Secretaría Técnica de la REDPARQUES/FAO, organizado en forma conjunta con la Fundación Forestal de la Secretaria de Medio Ambiente del Gobierno de Sao Paulo, Brasil, y financiado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de España (OAPN).
Del encuentro surgió un documento, que en parte la AAPN está dando a conocer, que pretende realizar una mirada del estado actual de las áreas marinas y costeras y de su análisis definir una estrategia de trabajo para ir avanzando en la consolidación de una red regional de Áreas Marinas Costeras Protegidas (AMCP).
Los mares y océanos de América Latina son de una riqueza inimaginable, lo que obedece a condiciones oceanográficas en las que las corrientes tropicales se mezclan con aguas antárticas y subantárticas, una cantidad de grandes ríos surcan el continente depositando en esas aguas una gran carga de nutrientes, una morfología costera de lo más variada, que cobija un sinnúmero de ecosistemas y
bellezas naturales inigualables, y regímenes de vientos que producen la surgencia, lo que posibilita áreas de gran productividad.
Todo lo anterior se podría considerar una ventaja comparativa fundamental para el desarrollo de la región; sin embargo, no se ha sabido aprovechar de forma inteligente, con una mirada a largo plazo. De hecho, dicha riqueza ha sido saqueada y los ríos que antes aportaban nutrientes hoy tienen cuencas que drenan contaminadas, sin nombrar la presión sobre nuestras costas por los asentamientos humanos, la especulación inmobiliaria y la expansión de la acuicultura descontrolada.
Por estas razones, debemos mirar hacia el futuro y actuar de manera concertada para que la conservación de nuestros mares y océanos sea una realidad y permita un desarrollo para las generaciones actuales y futuras. Uno de los instrumentos cuyos resultados han sido científicamente demostrados para la conservación del medio marino y costero son los sistemas de áreas protegidas, que al integrarse entre los espacios terrestres y marino bien gestionados permite mantener la estructura y salud de los ecosistemas que en definitiva resguarda nuestro patrimonio natural.
Actualmente los grandes desafíos consisten en mejorar la institucionalidad en los países, fortalecer la capacidad y definir formas eficientes para una conservación efectiva de la biodiversidad marina y costera. Este proceso ha venido evolucionando lentamente en la región gracias a un apoyo significativo de las organizaciones no gubernamentales internacionales de esta área y en algunos países de la región que han identificado estas zonas como áreas prioritarias de conservación.
Además, el Convenio sobre la Diversidad Biológica ratificado por la mayoría de los países latinoamericanos (entre ellos Argentina), ha trazado metas claras de proteger el 10% de los ecosistemas relevantes en el caso marino costero al 2012. En la década actual se observa un significativo avance en esta materia y uno de los grandes promotores ha sido el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environment Facility – GEF).
Del Congreso de Parques y Otras Áreas Protegidas, realizado en Bariloche, Argentina, durante el 2007, surgió la necesidad de fortalecer las redes de áreas marinas y costeras de la región, mejorar los aspectos de sensibilización de la sociedad civil, no solamente con las especies carismáticas sino con la necesidad de conservar aquella biodiversidad endémica y singular de los países. Para alcanzar tal objetivo es recomendable mejorar las formas de integración de los países para lograr un mayor intercambio en todos los ámbitos del quehacer de la creación, declaración y gestión de las áreas marinas costeras protegidas. Entre todos debemos marchar hacia una efectiva conservación de la biodiversidad marina y costera de la región reconociendo el papel que jugar en el monitoreo de los efectos del cambio climático, y definiendo acciones de adaptación para lograr la estabilidad ecológica de tierra y mar.
Entre las recomendaciones primó la de promover alianzas estratégicas para el intercambio de información, fortalecimiento de capacidades en los países miembros de la REDPARQUES y actores relevantes que trabajan en el sector.
Conclusión
– El deterioro de los hábitats costeros puede tener consecuencias nefastas a largo plazo para las poblaciones.
– Se debe reducir la perdida de nuestra biodiversidad y la destrucción de hábitats a
través de su conservación y uso sostenible.
Fuente: FAO / REDPARQUES/ AAPN