El abogado español Javier Junceda, especialista en derecho ambiental, sostuvo que se ha llegado a determinar que si se continúa con el actual modelo de producción insensible a las condiciones naturales, es posible que no haya garantía de que ese nivel de desarrollo pueda continuarse en futuras generaciones.
“Por eso se habla de un aprovechamiento racional y sostenible. Se utiliza en determinados ámbitos el derecho ambiental como una especie de estrategia nacida para evitar el progreso económico. Hay mucha gente que tiene esa idea desenfocada de que el derecho ambiental es un freno para las actividades económicas y, por lo tanto, esgrime la bandera extremista”, explicó en entrevista publicada hoy en el diario El Comercio.
Junceda Moreno fue invitado por el Congreso de la República y presentó en la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología su libro “Derecho ambiental en el Amazonas, un reto para Sudamérica”.
Variable ambiental
En otro momento, señaló que el derecho ambiental sirve para incorporar la variable ambiental en el desarrollo social y económico, pero en forma cualitativa y no cuantitativa.
Señaló que América Latina no es ajena a la corriente internacional, pero se da la circunstancia de que tiene una biodiversidad muy singular en algunos espacios ultrasensibles como la Amazonía, que coincide en tener recursos naturales y bienes de primera utilidad, de un valor incalculable, además de estar en países que luchan por el desarrollo social y económico.
Junceda Moreno afirmó que hay una utilización desviadísima del derecho ambiental hacia escenarios ideológicos vinculados a evitar el progreso económico. “Pero no es así, no es una ideología, ni es válido el desarrollo económico extremo, ni es válido el ecologismo en los términos extremos que nos ocupan. Son dos posturas maniqueas que el derecho ambiental presente y futuro y hasta las legislaciones de muchos países de Europa no encuentran acomodo”, indicó.
Ley del Ambiente
El especialista aseguró que el Perú tiene las mejores herramientas legales, como la Ley del Ambiente y la Constitución, que consideran el derecho ambiental como fundamental, y eso tiene grandes consecuencias prácticas, como el acceso a determinados mecanismos de impugnación constitucional cuando se cometan delitos al ambiente o por infracciones ambientales.
De otro lado, dijo que la Cumbre de Copenhague, realizada en diciembre pasado, “podría ser considerada como un fracaso, pero es un éxito que se considere en el tema ambiental mecanismos novedosos del mercado mundial para la protección del ecosistema”.
“Se va a introducir un elemento de interés económico ambiental para que las empresas si no producen o emiten gases de efecto invernadero puedan vender en el mercado. En Copenhague y en otras conferencias ya no se habla de derecho ambiental, sino de economía”, manifestó.
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