La educación no siempre va al mismo ritmo que las nuevas generaciones y hoy en día la información y el conocimiento se consume principalmente a través de lo audiovisual. Por tal motivo, hay quienes buscan desarrollar promover este lenguaje bajo una óptica multicultural, inclusiva y además rentable.
Stefan Kaspar, presidente del Grupo Chaski, conversó con el Concortv y nos contó la visión de su organismo: realizar contenidos que reflejen una realidad social y cultura del país. “Nuestro primer espectador es el espectador popular, quien conoce esa realidad, y lo que buscamos es que vean al cine como un espejo, un reflejo de su propia realidad. De esta manera podrán observar, reflexionar y conversar sobre lo que ven y cómo podrían mejorar su situación. Es un cine de compromiso con la realidad”.
Nueva relación emisor-receptor
De esta manera, Stefan Kaspar define el trabajo que –junto con un grupo de profesionales– viene realizando desde hace años con el propósito de generar un sentimiento de identidad hacia los contenidos audiovisuales consumidos en el Perú. Para Stefan existe una comunicación vertical entre espectador y realizador en donde “el rol del espectador es quedarse con la boca abierta mirando hacia arriba sintiendo que nunca podría hacer algo así, menos estando en Perú”.
Esta relación emisor-receptor impediría que el público se sienta parte del producto final y, por ende, no reflexione sobre su contenido ni adquiera conocimiento o nuevas perspectivas. “Encontramos un desierto audiovisual, con algunos centros donde se aplicaba la versión de consumo rápido, superficial, que en lugar de alimentar identidad, reflexión, diálogo y comunicación, lo que hacía era distorsionar las mentes, distraerte con efectos especiales mientras que el mensaje que recibes es nulo, casi vacío. Se tiene una cultura de lo frenético y explosivo en vez de apuntar hacia una emancipación y liberación cultural”.
Enfoque participativo
Stefan indica que la llegada de las nuevas tecnologías traen consigo nuevas posibilidades para lograr una realización audiovisual desde los propios consumidores, haciendo factible la idea de una producción integral. “Cuando la presión económica disminuye o cuando puedes realizar una secuencia audiovisual con una cámara de fotos o celular, puedes empezar a pensar en formas más participativas, mas lúdicas y espontáneas de realizar un contenido audiovisual. Es ahí cuando proponemos un programa de formación cinematográfica que utilice metodologías más participativas.”
Para lograr esto, apunta a una educación descentralizada e inclusiva desde la imagen y el sonido, y “como avanzamos hacia un nuevo tipo de sociedad del conocimiento y la gran parte de este conocimiento circula de manera audiovisual, entonces es el momento de empezar con una gran campaña de formación, de alfabetización audiovisual.”
Nutrición audiovisual
Kaspar propone nuevas metodologías para llegar a la gente haciendo que se tome un interés por el aprendizaje como interés propio y no como imposición: “necesitamos experiencias, conceptos, modelos y proyectos de cómo desarrollar cultura audiovisual desde la comunidad, porque la diversidad de estos sabores cinematográficos audiovisuales (costa, sierra y selva), como lo observamos en la comida, solo sucederá si todos empiezan a ‘cocinar’ desde las comunidades, desde el colegio, la familia y los amigos.”
En base a esto, Stefan habla de una nutrición audiovisual, la cual considera de igual importancia para un desarrollo en los contenidos audiovisuales, como lo es la comida para la salud de una persona. “Vivimos bajo una oferta audiovisual restringida, en donde la alimentación audiovisual del resto del país es limitada. Lo ideal sería lograr un menú audiovisual nacional, para saber qué siente el ser humano sobre su identidad y su autoestima. Así se podría abrir una ventana hacia otras culturas, otro mundo que forma parte del mismo planeta. Eso más o menos sería la alimentación que contribuye a tu emancipación y a tu crecimiento como persona”.
Haciendo una micro empresa audiovisual
Por último, Kaspar apunta hacia una meta integradora, en la que sean los mismos peruanos los que deseen sacar adelante su industria audiovisual, aprendiendo a demandar buenos contenidos e incentivando en ellos el deseo de armar sus propios proyectos. “Sostenible no significa rentable, sostenible es tener claro cómo financiar tu actividad. Prácticamente los únicos que invierten, distribuyen, venden, exhiben, recuperan y ganan tienen esa cadena productiva es Estados Unidos, el resto tiene grandes dificultades de encontrar fórmulas que permitan recuperar lo invertido.”
Bajo esa realidad, el grupo Chaski cuenta con un proyecto en el cual las comunidades intervenidas puedan crear su propia microempresa audiovisual, en la que aprendan a realizar y distribuir sus productos de manera sostenible y abriendo puertas hacia una integración cinematográfica con el resto de países latinoamericanos. Además, indica Stefan Kaspar, podrán utilizar sus productos audiovisuales como herramientas de integración dentro de la misma comunidad, dado que han podido comprobar que esta metodología ha tenido mucha más acogida que muchas de las propuestas presentadas por los municipios o gobiernos regionales.
“Las municipalidades, los ministerios o las cooperaciones internacionales empiezan a descubrir que sus proyectos fracasan por no haber incluido suficientemente el aspecto cultural. Es ahí cuando se dan cuenta que tienen que invertir más en la cultura, que es desarrollo, generándose así un nuevo rubro de interés. Una microempresa audiovisual que de nuevos servicios a la comunidad.”