El especialista en seguridad y narcotráfico, Rubén Vargas, consideró que deben incrementarse los recursos que destina el Estado para las labores de erradicación de los cultivos de coca ilegal. Precisó que esta eliminación de cocales, realizada por los trabajadores del Corah, debe extenderse hacia otras zonas del país y no focalizarse sólo en el Alto Huallaga.
“La erradicación es una parte importante en la lucha antidrogas que debe continuar mientras se sigan encontrando más pozas de maceración y laboratorios. El control de cultivos debe ser una pelea sin pausas, más aún ahora que existen cultivos de coca ilegal en parques nacionales, áreas naturales protegidas y en las zonas de frontera con Colombia, Brasil y Bolivia. El gobierno debe estar atento y tomar nota del crecimiento de cultivos en otras partes del país”, señaló en diálogo con INFOREGIÓN.
En otro momento, Vargas Céspedes subrayó que las amenazas de huelga no pueden parar las labores de erradicación que se realizan en el Alto Huallaga. “Se tiene que insistir en este trabajo pese a las amenazas de las organizaciones cocaleras y de los terroristas”, aseveró.
Lucha sin pausa
El especialista sostuvo que la lucha contra las drogas no debe tener pausa y debe involucrar también a autoridades regionales y locales.
Recordó que los cultivos alternativos han tenido éxito en San Martín porque las autoridades de la zona comprendieron que ése era el camino para dejar atrás la economía ilícita de la coca y lograr el desarrollo de su región.
Afirmó que las labores de erradicación de coca ilegal deben estar acompañadas del fortalecimiento de la interdicción de los insumos químicos que se utilizan en la elaboración de la pasta básica de cocaína y clorhidrato de cocaína.
“La erradicación ha empezado semanas antes en comparación al 2009, que se inició a mediados de febrero. La continuidad de estas labores es un buen signo y corresponde a lo que se debe hacer para controlar el crecimiento desmesurado de las plantaciones de coca en el Alto Huallaga”, indicó.
Finalmente, dijo que, lamentablemente las labores de erradicación nunca han sido pacíficas porque “siempre han tenido la resistencia de los cocaleros”.