Encarcelan a clan familiar por presuntos vínculos con el narcotráfico

En medio de estrictas medidas de seguridad fueron trasladados al penal de máxima seguridad de Ayacucho, Felicidad Torres Badajos, Ruth Marlene Figueroa Flores, Miguel Ángel Espino Torres y Víctor Espino Escalante, todos miembros de una misma familia, como presuntos autores de la comisión del delito contra la Salud Pública en la modalidad de Tráfico Ilícito de Drogas y comercialización de insumos químicos y productos fiscalizados.

Tras la disposición de William Pantoja Chihuan, Juez del Quinto Juzgado Penal de Huamanga, se dispuso el traslado de los cuatro familiares dedicados presuntamente al tráfico ilícito de drogas y comercialización de insumos químicos.

Se contradicen

Las investigaciones preliminares dan cuenta que Ruth Marlene Figueroa Flores, Felicidad Torres Badajos y Miguel Ángel Espino Torres, fueron intervenidos en flagrante delito cuando se disponían a recoger de la Empresa de transportes Molina Unión encomiendas que contenían insumos químicos, enviados desde la capital por sus coacusados Víctor Espino Escalante y José Rodas Espino, éste último se encuentra en calidad de no habido.

Según fuentes judiciales, los imputados habrían entrado en contradicción durante el interrogatorio a nivel fiscal y policial.

Miguel Ángel Espino Torres,  quien ha sido vinculado con el congresista nacionalista Walter Acha, con quien trabajó en la campaña electoral en Ayacucho, reconoció que parte de su familia ya ha purgado condena por tráfico de insumos.

Precisó a la policía que  su padre Víctor Espino Escalante,  purgó condena el año 2002 por tráfico de insumos químicos, a ello se suma que no sería la primera vez que se dedican a este ilícito ‘negocio’. No obstante se supo que existen pruebas que podrían agravar la situación jurídica de los procesados.

Como se recuerda, el pasado 12 setiembre Miguel Ángel Espino Torres en compañía de Felicidad Torres Badajos y Ruth Marlene Figueroa Flores fueron detenidos cuando recogían una encomienda que contenía 168 kilos de ácido clorhídrico, para luego enviarlos al VRAE.

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