En Plenas Facultades, por Caretas

¿Podrá mantenerse en el rol? Los fujimoristas la recibieron con un grado de hostilidad y personajes del gobierno saliente le devolvieron sus críticas con amargura.

Meche combina su conocimiento técnico con una aparente levedad que puede ser confundida con liviandad política (¿alguien dijo PPK?). Pero fue una ministra muy popular durante el gobierno de Alan García, que pasó de la vitrina del Mincetur al mayor peso del MEF. Incluso fue precandidata presidencial del APRA el 2011. Tiene olfato para detectar temas de consenso. Antes fue Macchu Picchu y la gastronomía. Hoy lo son el rechazo a la televisión basura y sus implicancias en la cosificación de la mujer.

En los próximos días su condición de bisagra será puesta a prueba desde la presidencia de la Comisión de Economía y la negociación de las facultades extraordinarias, que el premier Fernando Zavala solicitará el jueves 8, apenas sustente el proyecto de Presupuesto de la República. A partir del sábado 10, con PPK en China y Vizcarra en Corea, ocupará durante una semana el despacho presidencial.

–¿Cómo ve el terreno con el Congreso? Los fujimoristas no han sido sus hinchas.
–Tengo una buena relación. No estoy sola sino que somos 18. Tenemos dos buenos portavoces en Carlos Bruce y Juan Sheput. Los espacios de confianza se abren conversando. Estoy presidiendo una comisión que me gusta y con un equipo bueno de trabajo. Son gente muy preparada: Miki Torres, Luis Galarreta, Karla Schaefer, Jorge del Castillo, el mismo Bruce. También Vitocho García Belaunde. Gente que tiene una mirada política pero también solidez de contenidos.

–¿Ya se amistó con Del Castillo luego de la campaña del 2011?
–Tengo una buena relación. No somos íntimos pero tenemos miradas compartidas. En política no se guarda rencor.

–Hay quienes dicen que el gobierno actual le da muy duro al interior por complacer al fujimorismo. Otros dicen que las cosas no estaban tan bien. ¿Cómo lo resumiría?
–Las cosas no estaban tan bien.

–Pero, independientemente de si Nadine Heredia llamaba al MEF desde aquí al lado, las cosas siguieron siendo manejadas por la burocracia que usted conoció y venía de antes.
–Las cosas cambiaron.

–¿Puede elaborar?
–Se mantuvo la brújula pero en navegación de piloto automático en algunos aspectos. Y se impusieron reglas de juego con mucha discrecionalidad. El MEF reconcentró mucho la toma de decisiones, inclusive quitándole muchas facultades a los ministerios. Hay que tener más equilibrio. Los presupuestos iniciales de apertura no podían ser modificados por los sectores ni los gobiernos regionales, todo lo tenía que ver el MEF. Hoy conversaba con los actores que hoy están en el MEF y les decía, por favor, este es un ministerio de economía. Tenemos que devolverle la capacidad a los concedentes, que son otros los otros sectores, de decidir sobre modelos de ingeniería de los proyectos. No puede ser que el MEF se termine creyendo ingeniero, médico y que lo puede todo. Se volvieron todistas y eso te comienza a complicar la vida. Por eso los proyectos se atoraron. Cuando me tocó mirar desde fuera algunos proyectos que estaban en Proinversión pedían cosas imposibles de cumplir, y estaban totalmente fuera del marco de lo que habían sido el Decreto Legislativo de las Asociaciones Público Privadas. Era una mirada más bien restrictiva, de control y de buscarle tres pies al gato. No sé si por miedo a la Contraloría, incapacidad de gestión o querer controlarlo todo.

–¿Cómo observan al contralor Édgar Alarcón?
–Si se propone ser un contralor que apoye el desarrollo de las inversiones, bienvenido sea. No uno que mire numeritos sino que vea procesos. Tiene que acompañar, pero no puede hacer toma de posiciones políticas. En cualquier empresa un contralor acompaña para mejorar la gestión, no dificultarla. Que no se concentre en la letra chica y le pasen los elefantes por delante. Con eso, feliz de trabajar con el contralor.

DEBATE DE FACULTADES

–¿Cuáles van a ser los grandes baches en el pedido de facultades?
Quizás en el fujimorismo tienen más temor al tema económico por falta de información. Ya tienen la bandera de rechazar la reducción del IGV porque no ven el paquete completo. Lamentablemente, amigos míos economistas han salido a decir que no va a ayudar en nada porque te baja el ingreso. Nadie lo niega, pero a veces pierdes para ganar. Según los cálculos del ministro Alfredo Thorne, son bien altas las posibilidades de recuperar las pérdidas de corto plazo en unos tres años. Y son menores a las que anuncian. ¿Por qué bajar el IGV, esperamos en algún momento, en tres puntos? Porque es muy alto. Si yo soy una pequeña empresa estoy pagando no un impuesto al IVA, al Valor Agregado, sino un impuesto a las ventas cuando compro mis insumos. Cuando dices que se baja para los ricos están equivocados. Es cierto que los alimentos frescos están exonerados. Pero la mayor parte de lo que compramos paga IGV. El que paga el impuesto a las ventas es el consumidor final. Si soy empresa, solo pago el valor agregado.

–Si es un paquete, ¿cómo juega con los impuestos a la Renta y a los Dividendos que movió el ex ministro Alfonso Segura?
–Definitivamente no ha tenido buenos resultados. La bajada del impuesto a la renta y el aumento a los dividendos no generó mayor inversión, que era lo que se esperaba.

–Segura dijo que le permitió a la Economía sobrevivir mucho mejor al bajón internacional.
–La verdad es que no hubo esa relación. Sí queremos premiar la inversión, pero a través de otros mecanismos más directos como la depreciación acelerada. El costo fiscal para la empresa va a ser 0, no cambia. Subes la renta pero bajas los dividendos. Es un mismo nivel de tasa, si es que estás en la más alta. Y para las PYMES se está haciendo un paquete con diferentes mecanismos. Tenemos barreras muy grandes para que crezcan. Primero, para pasar de informal a formal. Y cuando crecen las meten en un embudo. Todo el sistema tributario hace que no te convenga pasar a ser mediana empresa.

–¿Se espera que opten más por el 10% de impuestos por 10 años o el 2.5% de las ventas, sin formulario?
–No estoy muy segura. La idea final es formalizar. Por otro lado está el paquete del impulso a la economía. Mantener la estabilidad fiscal, meterle a la infraestructura porque sino este país no crece. No podemos seguir basados en un modelo de commodities porque hoy no crecen en precio. Algo de inversión va a haber pero no será lo básico. Muchos de los hallazgos de Richard Webb sobre el interior del país son bien interesantes, y es porque hemos desarrollado infraestructura.

–¿El presupuesto ya lo refleja?
–En alguna medida.

–Hay incrementos en educación, transporte, interior, agua.
–Pero todavía tienes que hacer las reformas del SNIP y Proinversión,

–¿Todo va a estar en el paquete de facultades?
–Sí.

–Ustedes proponen eliminar mecanismos de elusión pero esa ley fue bloqueada por el fujimorismo.
–Creo que hay gente que quiere corregir eso. Al contrario, por lo menos los que están en la comisión de Economía van por ahí. Lo que pasaba con la ley de elusión es que es demasiado vaga y hay que ponerle reglas.

Movidas de Sunat

–¿En el proceso se cambiará la filosofía de Sunat?
–No es parte del paquete de facultades pero sí se plantea una mejora sustancial de las prácticas de la Sunat, que tiene que tener al ciudadano, el cliente en realidad, como su primer objetivo.

–Ahí argumentan que hace rato están en ese cambio.
–No. Definitivamente no y hay que reconocerlo. Uno pasa por las entidades públicas y siguen pensando en cómo resolver estos temas. Es una cuestión de incentivos y uno perverso es ver cuántos chapas y ganar un porcentaje. La economía del comportamiento pasa por eso y hay que aplicarla en las entidades públicas. El ciudadano satisfecho va a pagar por ese servicio.

–¿Qué otro elemento fundamental tiene la reforma económica?
–La formalización minera va a ser central. La transparencia en las finanzas públicas. Y cómo gastamos. No va a estar necesariamente en las facultades ni en la aprobación del presupuesto que se ha adecuado a lo que tenemos hoy.

–¿El presupuesto no refleja los cambios?
–Todos no. Tenemos que ver dónde podemos tener mayor eficiencia, una mejor gestión por resultados, pensar el ciclo completo de inversión. No solo cuando lanzas un proyecto, sino su priorización. Tenemos elefantes blancos, hospitales construidos y no hay médicos.

–¿El péndulo se correrá a mayores transferencias descentralizadas? Este último presupuesto sigue en la misma línea del anterior.
–Sigue concentrado.

–El Presidente tiene sus esperanzas en Proinversión regional, pero eso no absuelve la pregunta si va a cambiar la proporción.
–Todavía observas alta concentración en los sectores, pero en el detalle notas que luego transfieres a las regiones: colegios, hospitales.

–¿Decir que el Ejecutivo concentra el 75% del presupuesto es una figura incompleta?
–No muestra el grado de transferencia de gestión y presupuesto al momento de ejecutar.

–Luis Galarreta dice que el presupuesto no está tomando en cuenta los cambios tributarios que ustedes mismos proponen.
–Pero si tenemos un ejercicio hecho con los cambios tributarios y resultamos con mayor nivel de ingreso, eso nos podría ayudar incluso a mejorar las cosas. Los cambios van a ser favorables a una expansión del crecimiento económico, por consiguiente con más recaudación.

–Hay quienes alertan que se siguen debilitando programas como el SIS.
–El presupuesto todavía tiene una inercia, y la verdad que es fuerte. Proponemos ir corrigiéndola una vez aprobado. Hay mucha expectativa por parte de las regiones y es entendible.

–¿Va a firmar algún decreto de urgencia para firmar como presidenta?
–Me quedo siete días (risas). No sé si haya algo urgente. Pero va a ser divertido. Sí pienso hacer una reunión entre mi bancada y los ministros para tener más confraternidad. Vamos a trabajar un montón con la preparación de APEC. Igual yo sé que mi jefe no me va a dejar porque me va a estar marcando.