Explotación sexual, trabajos colaterales vinculados a la actividad de la minería informal y tareas domésticas exigentes son parte de las actividades a las que están sometidas en el departamento Madre de Dios por lo menos 1,500 personas, de las cuales un 20% son menores de edad.
Estas preocupantes cifras fueron proporcionadas a INFOREGIÓN por Óscar Guadalupe Zevallos, director de la Asociación Huarayo, organización especializada en el abordaje de la trata de personas y que participó en la reciente presentación del tercer balance sobre la lucha contra este delito, informe elaborado por la asociación civil CHS Alternativo.
“La mayoría de víctimas fue engañada. Nunca fueron informadas de cómo se vive en la selva, de la falta de recursos básicos, de los mosquitos. Ellas no solo están descontentas sino atrapadas por las deudas que han contraído con las personas que las captaron. De las 1,500 víctimas de trata, un 20% son menores”, afirmó Guadalupe Zevallos.
El especialista agregó que, si bien es cierto que la recuperación de estas personas se responsabilidad de la Policía Nacional, de la Fiscalía de la Nación y del Ministerio de la Mujer, todos debemos participar porque la amenaza de la trata de personas se cierne sobre la sociedad en pleno.
“Reinsertar a la víctima rescatada en la sociedad es una tarea bastante difícil por la falta de recursos económicos y porque no hay espacio para acogerlas y, además, porque las rescatadas se han acostumbrado a tener plata fácil, a vivir lejos de la familia, entre otros”, afirmó.