El 27 de junio de este año, el valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE) pasó a ser el valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). ¿Qué implicó este cambio, además de aumentar una letra a la denominación de la zona? Según la explicación de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), el cambio radica en la inclusión de 22 distritos al mapa como parte del área de influencia. Esto quiere decir que la zona más conflictiva del país pasó de tener 31 distritos a tener 53, según el DS 074-2012 PCM.
En el Vraem, conviven el narcotráfico, el terrorismo, la ilegalidad, el olvido del Estado y la población civil que, mayoritariamente, forma parte de las estadísticas de extrema pobreza. Según la PCM, el objetivo de la creación del Vraem es mejorar la calidad de vida de sus habitantes sobre la base de cuatro ejes de trabajo: pobreza, narcotráfico, terrorismo y desigualdad.
El Vraem abarca zonas de selva y sierra. Dentro de su población existen más de 50 comunidades nativas, la mayoría de ellas asháninkas o machiguengas. Las lenguas predominantes de sus habitantes son español, quechua, asháninka y machiguenga.
ESFUERZOS Y DUDAS
El Gobierno anunció importantes esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los pobladores. Por ejemplo: invertir S/.1.785 millones en distintos proyectos en la zona, o reforzar 29 comisarías, 11 bases contrasubversivas y cuatro antidrogas . Además, programas sociales como Pensión 65 y Beca 18 están ampliando su cobertura.
También se ha instalado oficinas de Indecopi, Osiptel, Osinergmin y Sunat en uno de los puntos más álgidos del Vraem: el distrito de Pichari, en Cusco.
Los alcances que estos esfuerzos tienen aún no son visibles, pues las estadísticas que manejan el Ejecutivo y los sectores que trabajan en la zona, y que sirven de línea de base para el trabajo que se realiza, son del VRAE y no del Vraem.
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