Mientras en el campo y las ciudades escasea, en el Perú solo se usa el 1% del volumen de agua de lluvia que anualmente cae sobre el país, volumen estimado en dos billones de metros cúbicos. Por ello, distintas autoridades locales y comunidades campesinas demandaron para que se masifique la estrategia de siembra y cosecha de agua, que permite acumular agua de lluvia y así usarla con fines agrícolas y el consumo humano.
Esta es la conclusión a la que se llegó en los diversos talleres vía videoconferencia que la Unidad Ejecutora Fondo Sierra Azul, entidad del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), está desarrollando para explicar las bondades de la siembra y cosecha de agua y lo útil que son las qochas, zanjas de infiltración, la forestación y recuperación de praderas para la recarga hídrica y enfrentar los efectos del cambio climático.
Según explica el director ejecutivo de la UEF Sierra Azul, Max Sáenz Carrillo, el uso anual en consumo humano y agrícola es de 20 mil millones de metros cúbicos de agua, solo el 1% del volumen total de agua de lluvia, mientras en los últimos dos años con la ancestral técnica de siembra y cosecha de agua se logró acumular casi 30 millones de M3. “Por eso vamos por todos lados explicando esta estrategia, y la gente entiende que es una alternativa real frente a los problemas de agua”, subrayó Sáenz Carrillo.
Para consumo humano
Pero el agua de qochas, no solo sirve para la agricultura familiar sino también para el consumo humano, ya que al filtrarse a los acuíferos en las cabeceras de cuenca se expresa luego en los manantiales y arroyos que surgen en los valles de la cuenca media y son aprovechados por las empresas de agua para proveer las ciudades. Eso pasa, por ejemplo, en Huamanga donde un conjunto de 15 qochas ubicadas a 4400 msnm en el distrito de Chiara proveen agua que la empresa SEDA Ayacucho toma del manante conocido como Mutuy Huayjo que se a recargado.
En Arequipa, un bosque de 5 mil hectáreas de queñual ubicado a las faldas del nevado Pichupichu, retiene y provee hasta el 40% de agua potable que consume la ciudad blanca, a través del manantial La Bedoya. Mientras que 09 qochas en el distrito de San Jerónimo en Apurímac proveen agua potable para la provincia de Andahuaylas a través de la cuenca del rio Chumbao, informó Sierra Azul a INFOREGIÓN.