“En el Perú la educación secundaria no tiene identidad, no está claro si es una extensión de la primaria, si es una antesala de la universidad, si es una antesala del mundo del trabajo, o si es un espacio para el desarrollo del adolescente en su día a día”, manifestó el especialista en temas de educación León Trahtemberg.
En entrevista exclusiva con INFOREGIÓN, Trahtemberg reflexionó sobre diversos temas del sector, afirmando que la educación también debería servir para ayudar a desarrollar a los jóvenes “porque el adolescente, en el momento de mayor revolución interna, emocional, sicológica, valorativa, en ese momento está en la escuela, entonces la escuela puede servirle como un marco para que procese sus conflictos, sus relaciones sociales, sus necesidades sexuales, sus pensamientos filosóficos, religiosos, sus aspiraciones vocacionales, es decir, puede ser un espacio donde el niño crece, madura, de manera personal, sin tener que estar pensando si va a ir a la universidad o al mundo del trabajo”, según dijo.
Volviendo al tema de la educación secundaria, afirmó que “la secundaria en el Perú no tiene una idea clara de para qué sirve, y cuando se pretende que sirva para todo, es como que no sirve para nada, porque las cosas no pueden servir para todo, uno tiene que escoger, si uno no escoge simplemente uno debilita cualquier propuesta, y yo creo que lo que el Ministerio de Educación no tiene es claridad de para qué sirve la secundaria”.
En ese sentido señaló que “no es lo mismo una secundaria que orienta al mundo del trabajo o a una universidad”.
Asimismo planteó la necesidad de mantener tres áreas esenciales en la formación de los estudiantes, estas son matemáticas, lenguaje e inglés.
“Se ha discutido mucho si en los lugares en los que hay lenguas nativas es posible enseñar inglés, yo creo que no cancela el uno al otro”, manifestó al respecto.
“Una cosa es el lenguaje nativo local, el otro es el idioma latinoamericano que es castellano; y el otro es el idioma universal que es el inglés. Cualquiera de los chicos que va a acceder a Internet, o que va a tratar de insertarse laboralmente en el mundo global, si no sabe inglés está en desventaja”, precisó.
“Un ciudadano del mundo de hoy, así como tiene que saber computación, tiene que saber inglés, su idioma nacional y matemáticas; a eso le agregamos el idioma nativo en aquellos lugares en los que es parte de su identidad”, refirió.
Con relación a la educación en general dijo que “lo que estamos haciendo hoy en el Perú y lo que se hacía hace 50 años es más o menos lo mismo. Probablemente para los padres que han ido a la escuela hace 30 o 40 años, los abuelos inclusive, entrar hoy en día a una escuela y ver lo que hacen los niños, no les significa mucha diferencia respecto a lo que hacían antes”.
“El profesor adelante, la pizarra, un profesor dictando la clase, los alumnos escribiendo en el cuaderno calladitos, escuchando de uno en uno en sus carpetas, aulas generalmente rectangulares, con alumnos muy pasivos y poco trabajo colaborativo, operativo, de investigación”, graficó.
Otro tema que abordó fue el de las nuevas tecnologías: “no ha habido un avance importante en la manera de entender la educación, con el agravante de que todos los niños que están hoy en la escuela han nacido luego de la creación de Internet, sin embargo todos los padres y abuelos nacieron antes de Internet; y lo mismo pasa con los profesores”, fue su comentario.
“Todos los profesores que se han graduado y están titulados y nombrados hoy, se han formado antes de Internet y tienen a su cargo niños que han nacido con Internet, niños que no son capaces de entender un mundo sin internet, sin la tecnología, sin los celulares”, afirmó.
Al respecto, hizo notar “el desencuentro entre padres y profesores nacidos en una época con ciertas maneras, paradigmas y tecnologías; y los niños de hoy que han nacido en otro mundo, que viven con la electrónica en la sangre, con la informática como su código habitual de comunicación, en un mundo más audiovisual, más musical, más táctil, inclusive sensorial, y que van a una escuela que todavía corresponde al siglo pasado, produce un desencuentro y un aburrimiento y tedio y un sentido de inutilidad, que es lo que siente el común de los niños del Perú, que van a colegios privados y públicos”.
“Ese desfase es el que explica el retraso que hay en el Perú en su educación y la no utilización como una plataforma para el desarrollo del país”, concluyó.