Ya descansan en paz en el cementerio Santa Rosa de la Policía Nacional, en Chorrillos, los restos mortales de la que en vida fue la capitana PNP Nancy Flores Páucar, abatida por remanentes de Sendero Luminoso durante las operaciones de búsqueda de 36 trabajadores del Proyecto Camisea secuestrados por este grupo terrorista.
Por decisión de la familia, el cuerpo de la valerosa policía de 32 años fue llevado, primero, hasta su casa, en La Molina, donde amigos y vecinos la esperaban para hacerle un pequeño pero sentido homenaje. La recuerdan como una persona alegre y amable.
Más temprano se realizó una misa de cuerpo presente en la capilla del velatorio de la PNP, en Magdalena, a donde llegaron compañeros de la institución para expresar su más sentido pésame a la familia de esta joven heroína.
En la puerta de la capilla la esperaban un escuadrón de caballería y la banda de la Policía que acompañaron su féretro cubierto con la bandera peruana por algunas cuadras de la avenida Pershing. También se le entregó a la familia el casco, la espada y el kepí que usaba la policía en vida.
En el trayecto hacia La Molina por las avenidas Javier Prado, La Fontana y el Corregidor, jóvenes oficiales, juntas vecinales y policías en general le rindieron los honores correspondientes.