«El propósito es mantener los conocimientos ancestrales, buenos valores, costumbres y el idioma»

UCAYALI. Antonio Rojas es profesor de primaria por el Instituto Superior Pedagógico Bilingüe de Yarinacocha y tiene 27 años de experiencia. Al entrar a su casa de la comunidad de Paoyhán (ahora vive en Pucallpa) resaltan las pilas de libros de docencia primaria bilingüe. Algunos están en castellano, otros en shipibo. Están empolvados al lado de un escritorio con el mismo estado, que tiene encima lápices de colores y plumones. Al lado hay una mesa.

“El propósito es mantener los conocimientos ancestrales, buenos valores, costumbres y el idioma”, nos cuenta. El perfil de un estudiante bilingüe, según Antonio, es el que se identifica con su cultura mediante el lenguaje. Para él, mediante la educación bilingüe, se transmiten también los buenos valores de cada pueblo indígena.

Debajo de la mesa que dimos cuenta hay libros de cuentos, de matemáticas, y los que confirman más explícitamente las palabras de Antonio: contenidos con enseñanzas culturales, de cosmovisión y costumbres se registran dentro de varios libros de educación intercultural bilingüe.

Libro de Antonio Rojas de educación primaria donde se puede ver las enseñanzas del diseño shipibo
Libro de Antonio Rojas de educación primaria donde se puede ver las enseñanzas del diseño shipibo

Esos textos enseñan a diferenciar los tipos de cerámicas, de creaciones kené, las variedades de carnes y frutas, etc. Los niños aprenden sobre su cultura mientras aprenden el lenguaje. Se sabe que la sociolingüística sostiene que el pensamiento y el lenguaje se retroalimentan. Lo mismo pasa con el habla. Y parece ser esta una de las comprobaciones de esto.

Las clases en el colegio, que funciona acá desde inicial y primero de primaria hasta quinto de secundaria, son primero en shipibo y luego en castellano. La instrucción tiene en cuenta las actividades de la comunidad, cuenta el profesor Antonio. Por ejemplo, “se le pregunta al alumnado ‘¿Cuántos pescados ha comprado tu abuelo hoy?’ y ellos responden en shipibo y también en castellano”.

La lengua materna de Antonio es shipibo konibo. Añade que en el nivel secundario la enseñanza es muy diferente. “En primaria somos docentes que llevan todas las áreas. En secundaria hay un profesor para cada asignatura. De primer a segundo grado de secundaria los alumnos reciben clases de shipibo casi del todo”. Advierte que muchas veces, los niños, niñas y adolescentes de la comunidad salen y “padecen”, en sus palabras, el no manejar la lengua. Se pierde algo más que el idioma en esas situaciones.

César Panduro es líder de la comunidad, profesor de secundaria y director del único colegio de la comunidad denominado Ignacio Ramírez Peña. Este tiene 160 alumnos, nueve docentes y dos personas de servicio. Sobre la enseñanza en el colegio dice: “Empezamos con inicial, luego con primaria y secundaria. La actividad educativa se trabaja por horas pedagógicas, que son de 45 minutos. Como profesor de secundaria se trabaja 7 horas diarias”.

Añade que “hay cursos como matemática, educación religiosa, comunicación, ciencias y medio ambiente, ciencias sociales, educación física, inglés, cada profesor o profesora tiene su especialidad”.

Luego precisa que existe un área de comunicación en lengua materna u originaria y el resto de cursos se imparte con el castellano como segunda lengua. Hay un docente para cada lengua y para cada materia, nos cuenta.

Al escucharlo recordamos que en la Ley General de Educación (artículo 20, inciso a), la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) “promueve la valoración y enriquecimiento de la propia cultura, el respeto a la diversidad cultural, el diálogo intercultural y la toma de conciencia de los derechos de los pueblos indígenas y de otras comunidades nacionales y extranjeras e incorpora la historia de los pueblos, sus conocimientos y tecnologías, sistemas de valores y aspiraciones sociales y económicas”.

Luego tenemos a la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía (UNIA). Normalmente los y las jóvenes de la comunidad se preparan en este centro de estudios superiores, el alma mater de Antonio. Terminados los estudios algunos vuelven a la comunidad a enseñar. De unas 20 carreras en distintas facultades que había antes de pandemia, hoy solo se enseñan cuatro carreras de dos áreas.

En la Facultad de Educación Intercultural y Humanidades se dictan clases para dos carreras: Educación Inicial Bilingüe y Educación Primaria Bilingüe. En la Facultad de Ingeniería y Ciencias Ambientales se pueden seguir las carreras de Ingeniería Agroforestal Acuícola y la de Ingeniería Agroindustrial.

Inevitablemente, todas estas historias hacen que nos preguntemos si hay una efectiva comunicación y diálogos de manera intercultural entre el Estado peruano y las comunidades indígenas amazónicas. Por ejemplo. ¿realmente se tiene en cuenta las diferencias de cosmovisión e idioma cuando se prestan servicios como la salud pública? Pensemos un momento en eso…

Neda Rojas tiene 21 años. El bote avanza y ella juega con el agua, tocándola con sus manos y jugando con ella. Todos y todas están cansados y duermen, pero ella no, pues interactúa con el agua y mientras tanto su cabello lacio y negro recién mojado con huito negro ondea en el aire.

Está de vacaciones, pero estudia para ser profesora de educación intercultural bilingüe de primaria en el Instituto Superior Pedagógico Público Bilingüe de Yarinacocha. Estudia en Yarina, Ucayali, Pucallpa. Pero su plan es volver a la comunidad y enseñar, o a lo mejor llevar los conocimientos que va adquiriendo a otras partes del Perú.

Neda cuenta que estudiando su carrera (en comunidad pequeña todos se apoyan como si fueran familia nuclear) conoció a personas que estudian lo mismo, pero de distintas etnias amazónicas: Ashaninka, Kukama Kukamiria, Yine, Yanesha, etcétera. En su cuaderno, que por mala suerte había dejado en Yarina, anota los intercambios culturales que se dan, como letras de canciones, frases para conversar, etcétera.

Neda recuerda a una compañera que conoció en su centro de estudio, de una etnia con su idioma casi extinto. Es realmente importante que estén estudiando cómo enseñar su lengua, no dejarla morir junto a el conocimiento que vive dentro de ella. El lenguaje es una de las características para identificarse como población indígena, por lo cual se debe hacer lo posible para evitar la extinción de la cultura de los pueblos.

Según el Atlas de Pueblos Indigenas, citando a la Constitución, dice: “El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la Nación. Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por cualquier autoridad”. Cada idioma refleja una visión del mundo desde quienes la utilizan. Y las que existen en nuestra Amazonía son valiosas.