Hace unos días, el experto Rubén Vargas Céspedes dijo que los nuevos ministros de Defensa e Interior debían ser personas que generen consensos y tengan el carácter y la capacidad para decidir reformas de fondo en ambos sectores. Conocidos los nombres de José Urquizo y Wilver Calle, el experto expresa su rechazo.
—¿Le parecen adecuadas las designaciones hechas por el presidente Húmala?
El Gobierno ha perdido una excelente oportunidad para recomponer su Gabinete con personas de mayor convocatoria y conocimientos al detalle de los sectores Defensa e Interior. La cuota de poder de los amigos cercanos del primer ministro se mantiene. El presidente no ha tenido mucho tino para buscar los cuadros idóneos para estas carteras.
—¿Qué perfiles se buscaban?
La situación de seguridad en el país, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, así como los conflictos sociales demandaban que las personas que se encargaban de esas carteras tuvieran un peso político más propio y con un conocimiento y experiencia mucho más reconocida, y lamentablemente eso no ha ocurrido.
—¿Por qué cree que se optó por Urquizo y Calle?
Es una pena, pero refleja la orfandad en la que se encuentra el Gobierno, carente de cuadros técnicos y de operadores políticos. Me preocupa mucho lo que puede pasar en el país, cuando el Gobierno envejece tan rápido.
—Y un militar en Interior…
Definitivamente allí se producirá un cortocircuito que se va a traducir en una apatía en el cuerpo policial para enfrentar los problemas. Si aún existe alguna brecha institucional en el Gobierno es entre la policía y las Fuerzas Armadas, específicamente el Ejército, brecha que se ha ahondado muchísimo más con el incidente de los policías. No hay que olvidar que el helicóptero que abandonó a los policías en Kepashiato estaba conducido por un piloto del Ejército. Yo tengo información de gente amiga de la Dinoes que están muy dolidos. Allí hay una herida abierta muy fresca que lamentablemente agranda esa brecha, ese divorcio que existe entre la institución militar y policial.