El Perú impulsa manejo sostenible de la tierra

Cada año, el 17 de junio, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1995, con el fin de concientizar sobre las causas y los efectos de este fenómeno global y las iniciativas para combatirlo.

La desertificación es la degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, causada principalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Afecta a unas 3,200 millones de personas en el mundo y se estima que la actividad del hombre ha transformado el 70 % de las tierras a nivel mundial.

En ese sentido, el Ministerio del Ambiente (Minam) trabaja desde la Dirección General de Cambio Climático y Desertificación en la Neutralidad de la Degradación de las Tierras (NDT). La NDT es una situación en que la cantidad y la calidad de los recursos de tierras se mantienen estables o aumentan, con el fin de mantener las funciones y servicios de los ecosistemas e incrementar la seguridad alimentaria.

Como parte de este trabajo se definieron 52 medidas NDT, de las cuales 26 coinciden con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas en adaptación y mitigación sobre agricultura y bosques. Estas medidas están enfocadas en prevenir la erosión y mejorar el uso de los suelos; reducir la pérdida de cobertura de bosques y biodiversidad; y promover la conservación y la gestión sostenible de los recursos asociados a las tierras.

En el Perú, la desertificación influye en la seguridad alimentaria y en la pobreza de las zonas afectadas por esta problemática. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de aquí al 2050, se necesitarán más de 500 millones de hectáreas de tierra agrícola adicional, con el fin de atender la demanda mundial de alimentos.

Por lo tanto, se requiere el desarrollo de prácticas de manejo sostenible de las tierras, tales como: la reforestación, la forestación, la siembra y cosecha del agua, los microreservorios, el riego tecnificado, la captación de agua de neblina, entre otros.

En el 2018, el Perú estimó un total de 22 248 100 hectáreas de áreas degradadas a nivel nacional, lo que corresponde al 17.5% de la superficie del país. En base a esto se definió como meta al 2030 mantener o disminuir este valor, se informó a INFOREGIÓN.

Gracias a estas 52 medidas, se espera beneficiar a la población, a través del mantenimiento de ecosistemas saludables, el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y el desarrollo de capacidades de la población para hacer frente al cambio climático.