El Perú gasta 700 millones de dólares en la rehabilitación de drogadictos cada año

En una entrevista brindada a la revista Caretas, el director de CEDRO, Alejandro Vassilaqui, sostuvo que el Perú gasta anualmente 700 millones de dólares para la rehabilitación de drogadictos, pero agregó que «dada la realidad deberían ser más de 1.500 millones de dólares».


 


En un diálogo distendido y por momentos preocupante por el crecimiento del fenómeno del narcotráfico en el Perú, Vassilaqui sostuvo que «los grandes cárteles de la droga se pasean hoy por el país, aunque no los veamos ni los constatemos en la vida diaria».


 


Acto seguido, dijo que «con su trabajo solapado, el narcotráfico destruye a todos los que se le oponen. Hoy ha aumentado el consumo. Un 5% de los peruanos ha probado drogas ilegales y si unimos a esas drogas la marihuana, llegaremos a un infausto 12% que se encuentra en auténtico peligro».


 


El director de CEDRO llamó la atención sobre la enorme facilidad que hay para conseguir drogas, lo que demuestra la impunidad con la que actúan las mafias del narcotráfico. «Le doy un caso: un chico, hijo de una gran familia panameña a la cual conocía bastante, llegó al Perú y unos amigos lo llevaron a probar pasta básica. Luego él me confesó con tristeza: *Nunca más podría dejarla*. Eso indica dos cosas: la enorme libertad y el fácil acceso que hay para probar droga y la tremenda lucha y esclavitud que supone el intentar dejarla cuando ya ha se ha instalado la dependencia».


 


Éxtasis y metanfetaminas


 


Alejandro Vassilaqui confirmó a Caretas el crecimiento del consumo de éxtasis y la presencia de otras drogas en el país. «Un 2% de la población juvenil ya la ha probado. Es muy difícil controlar su comercio por la pequeñez de las pastillas. Igual ocurre con las metanfetaminas. La heroína es palabra mayor y aunque su consumo es casi inexistente, ya se asoma en el Perú y eso nos pone nerviosos por el inmenso grado de adicción que conlleva».


 


Sobre el crack, sostuvo que es muy similar a la pasta básica de cocaína y que todavía no se comercializa en el Perú.


 


El director de CEDRO informó que su institución tiene 400 centros juveniles que involucran a unos 15.000 muchachos que laboran en las zonas cocaleras, para alejarlos de la lacra de las drogas y de su respectiva comercialización, por medio de la ejecución de actividades culturales, productivas y deportivas.


 


Finalmente, Vassilaqui lanzó un mensaje a la sociedad: «El bienestar del campesinado no debe ser esclavizado por el narcotráfico y tenemos que luchar todos juntos para que su calidad de vida, por medio de procesos reales de desarrollo agrario y agroindustrial, sea exitosa».