El respaldo de la Unión Europea (UE) a cualquier país trae consigo una suerte de reconocimiento a la nación receptora porque esa colaboración proviene del bloque regional de mayor tradición democrática y de defensa a los derechos humanos, valores que ha reforzado tras haber sufrido los horrores de dos conflagraciones bélicas.
El Perú es uno de los favorecidos con ese tipo de cooperación y reconocimiento, pese a los índices negativos de la economía que Europa lucha por superar.
El reciente desembolso de 66 millones de euros para apoyar la lucha contra las drogas y el fomento al desarrollo es una muestra de la estrecha relación de la UE con la nación peruana, sumada a la próxima exención de la visa Schengen para que los peruanos ingresen en territorio europeo sin ese requisito.
Tanto es así que los fondos de apoyo se desembolsarán en el período 2014-2017 y su objetivo final es la reducción de la pobreza en las zonas afectadas por el cultivo de coca para uso ilegal, donde miles de familias campesinas se encuentran sumidas en esa actividad por carecer de recursos que les permitan salir adelante con la agricultura convencional.
La ayuda europea, ampliada a partir de este año, también se extiende con 5 millones de euros a la organización de la Vigésima Conferencia de las Partes (COP-20), que se efectuará en diciembre de este año en la ciudad de Lima, así como también a otros programas para la educación y el desarrollo.
Otra acción por resaltar del bloque europeo es la asunción de la llamada “responsabilidad compartida” entre los países productores y consumidores de estupefacientes, que se concreta con el desembolso de 8 millones de euros para implementar programas de cultivos alternativos como café, cacao y frutas.
La buena noticia es que ese primer desembolso de 8 millones constituye el primer aporte de un total de 32 millones de euros que la Unión Europea entregará al Perú para financiar el programa de lucha contra las drogas hasta 2017, de tal forma que se contribuya a reducir la producción, el tráfico y el consumo ilícito de drogas en el Perú y, al mismo tiempo, estimular un desarrollo alternativo basado en actividades económicas legales.
La jefa de la delegación de la UE en Lima, Irene Horejs, ya había garantizado que el bloque europeo iba a ampliar no solo la cooperación antidrogas en el Perú este año, sino también a los programas de becas estudiantiles, ciencia y tecnología, y una mayor contribución al comercio.
Con estos indicadores se revela que la nación peruana tiene una posición inmejorable ante la comunidad internacional porque la Unión Europea también respalda programas de gobernabilidad y de defensa a los derechos humanos, todo ello como parte del Acuerdo Comercial Multipartes suscrito entre la plataforma regional con el Perú y Colombia.
Ello incluye un programa de cooperación mutua sobre desarrollo de buenas prácticas y de apoyo a las pequeñas empresas para que puedan aprovechar el mencionado acuerdo comercial. Hablamos, pues, de una relación estrecha que va mejorando con el tiempo.