Caretas. Hoy es el cuarto día en la selva… aún estamos aquí y tenemos que cuidar este monte”. A las 2 y 17 de la tarde del martes 5, el capitán EP Ilich Montesinos Quiroz (31) grabó sus palabras con una pequeña cámara de video en un paraje de la quebrada de Rondayacu, a cuatro kilómetros al noroeste del distrito de Monobamba, en ceja de selva de Junín.
Montesinos conectaba con esos parajes remotos y peligrosos a quien entrara en su cuenta de Facebook. Esa era la quinta filmación a su patrulla de 10 hombres desde el sábado 1 (ver la grabación en www.caretas.com.pe). También sería la última. Cinco horas después, la patrulla fue emboscada por una columna armada de Sendero Luminoso en Rondayacu, un pequeño pueblo de 400 habitantes situado a cuatro horas de viaje de La Merced. Montesinos quedó atrapado en el fuego cruzado.
La 22a Brigada de Ingeniería se dirigía a Rondayacu para asegurar la tranquilidad de los recientes comicios. Reportes de inteligencia militar informaban que una columna de SL pretendía frustrarlos. Rondayacu fue uno de los pueblos que sufrió la embestida terrorista de los ochentas y principio de los 90’s. Una típica zona roja.
Ese mismo viernes 1, horas antes de partir, el capitán Montesinos entró por última vez a su cuenta de Facebook y escribió: “Es importante empezar siendo positivos y pensar en ser cada día mejores”. Lo acompañaban otros 8 comandos y dos soldados de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina (FOES), quienes llegaron en helicóptero desde La Merced. Se había establecido un plan de patrulla durante cinco días. En la mañana del miércoles 6 volverían a casa.
El vademécum de estrategia militar recomienda patrullar durante las noches y descansar durante el día. Esto permite mantener el sigilo de la tropa. Muchos de los pueblos de la zona viven bajo las constantes amenazas de Sendero. De hecho, los comuneros son obligados a revelar si por el pueblo pasó alguna patrulla.
Alrededor de las 8 de la noche del martes 5, el capitán Montesinos, que caminaba delante de su patrulla, encontró una cabaña en medio de la espesa selva. De pronto, las ráfagas abrieron las puertas del infierno. Unos 30 subversivos abrieron fuego a discreción. El capitán Montesinos ordenó cubrirse y responder con “fuego en movimiento”, técnica que consiste en avanzar hacia el enemigo en zigzag. Montesinos lideró el enfrentamiento de 15 minutos, durante los cuales recibió tres disparos: dos impactaron en las cacerinas de su fusil Galil y el tercero, solitario, le perforó el vientre.
CARETAS conversó con el teniente EP Dilmar Atausinchi, uno de los integrantes de la patrulla. Cuenta que “nos cogieron por sorpresa. Repelimos el ataque y cuando habíamos hecho correr a los terroristas escuchamos que alguien se desplomó. Era el capitán Montesinos”. Aparentemente, Ilich Montesinos había recibido durante los primeros momentos del combate cerrado, el disparo final. Sin embargo esto no pareció importarle, ya que continuó impartiendo órdenes en medio de la balacera y heroicamente continuó combatiendo hasta el final, según el testigo.
El enfrentamiento dejó además tres comandos con heridas leves y dos terroristas muertos, uno de ellos de 16 años de edad. Aunque los cuerpos no han sido ubicados, según el Jefe del Comando Conjunto de las FFAA, Gral. EP Francisco Contreras, “se obtuvo esta información a partir de la interceptación de la señal de radio de los terroristas”. Se recuperó armamento y granadas.
El capitán EP Ilich Guillermo Montesinos Quiroz tenía 15 años de servicio. Su madre afirma que llevaba la vocación en la sangre. “Los únicos juguetes que tenía eran soldados y tanques, en época de Navidad les prendía cohetes y los hacía estallar”, narra doña María Quiroz. A los 13 años ingresó al colegio Militar Elías Aguirre de Chiclayo, e inmediatamente empalmó con la Escuela Militar de Chorrillos en Lima. El 14 de diciembre de 1999, egresó del 42º Curso Regular de Comandos. A partir del 2004, y por seis años, se unió voluntariamente a la Compañía de Desminado de la 6a Brigada de Selva para trabajar en la zona de El Milagro, en Bagua, frontera con Ecuador. Desactivó un sinnúmero de minas antipersonales.
Su desempeño lo llevó a que fuera designado a la zona de Zarumilla en Tumbes para hacer el mismo trabajo. Fue felicitado por el propio presidente Alan García en el 2009.
Ahora deja a dos hijos de seis y cuatro años. Erika Ascencio, viuda del capitán Montesinos, cuenta que “(él) no permitía que nadie toque su boina de comando, era su objeto más preciado. Siempre me decía que muy pocas personas logran obtenerla”.
La tragedia es una nueva prueba de que los terroristas mantienen columnas activas por todo el VRAE y alrededores. El lunes 4 por la tarde, un convoy de la Policía que trasladaba material electoral y a personal de la ONPE fue atacado camino a Huamanga en Ayacucho. Dos efectivos resultaron con heridas graves.
El destino quiso que Montesinos muera en la tierra que lo vio nacer, Chanchamayo. Pero siguen coincidencias y contrastes. Compartía rango, nombre y apellido, aunque ningún parentesco, con uno de los personajes más nefastos de la historia peruana: el también capitán EP Vladimiro Ilich Montesinos Torres. Mientras a éste quisieran olvidarlo del todo en los círculos castrenses, quien murió con fusil en mano fue llorado como un héroe.
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