El Misti: fuente de orgullo y motivación

AREQUIPA, En Arequipa citamos una frase muy conocida escrita en el siglo XIX por el gran poeta arequipeño Mariano Melgar: “No en vano se nace al pie de un volcán”, expresión que nos impregna de orgullo a cualquier arequipeño por la nobleza de haber nacido en una ciudad pujante y, precisamente, al pie del volcán Misti.

Siendo el volcán Misti un volcán activo, este emite esporádicamente fumarolas que algunos arequipeños pasan por desapercibidas, pero muchos otros las ven con preocupación. Y es que justamente fueron las fumarolas, en el caso del volcán Nevado del Ruiz en Colombia, un signo precursor de su erupción en 1985. Aunque leve, este generó lahares (flujos de lodo volcánico) que recorrieron más de 70 km de distancia del cráter en dirección de la ciudad de Armero, lo que provocó la muerte de más de 25 000 personas en una ciudad donde habitaban 30 000. Este suceso despertó no solo curiosidad, sino también la preocupación de lo que podría suceder si el volcán Misti hiciera erupción.

Para aquel entonces, en los años 80, no existía en Arequipa un observatorio vulcanológico que hiciera el monitoreo volcánico ni la evaluación del peligro; pese a ello, sentí la motivación de estudiar geología y, posteriormente, vulcanología y gestión del riesgo volcánico.

Es así que, con otros colegas peruanos y extranjeros, iniciamos la elaboración del primer mapa de peligros del volcán Misti, trabajo que fue además mi tesis de pregrado. Posteriormente, arribaron más geólogos, geofísicos y químicos que empezaron a unirse al estudio de los volcanes. Juntos impulsamos proyectos en la gestión del riesgo de volcánico en Arequipa y Moquegua, lo que incluyó la realización de los primeros simulacros por erupción volcánica en el país y la atención de emergencias volcánicas como es el caso de los volcans Ubinas y Sabancaya.

Soy una científica arequipeña que ama su ciudad, a su país y a su planeta. Así, incansable y siempre aspirando a más, contribuyo desde el Instituto Geofísico del Perú a la vigilancia del Misti y a formar nuevas científicas para el Perú. Hoy, con mucha alegría, puedo contar que en el IGP, cuya sede en Arequipa tengo el honor de dirigir, el 40 por ciento del personal científico somos mujeres.

A un día del Bicentenario del Perú, reforzamos desde el IGP el compromiso que hemos adquirido con el país: hacer ciencia que permita mejorar la calidad de vida y seguridad de las personas. Estoy segura que los científicos y científicas que trabajamos en esta preciada institución, con la tenacidad, empuje y vigorosidad que tenemos al vivir en una tierra volcánica, contribuiremos más a conocer detalles del volcán Misti y, con esa información, preparar a la población frente a su futuro despertar. Desde Arequipa y desde el IGP, seguimos haciendo “Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”.

Fuente: IGP