Complace ver la seriedad con la que el Ministerio de Educación (Minedu) está asumiendo que la reforma de la escuela peruana requiere la formación, selección y empoderamiento de los directores, por lo que resulta imprescindible evaluar a los candidatos a directores con miras a designar a los más idóneos al frente de las escuelas públicas.
Quizá el antecedente más cercano sea el del exministro Dante Córdova, que intentó promover la autonomía escolar con la RM 016-96-ED (¡hace 18 años!).
Culminada la ubicación de los directores en los niveles salariales más altos y atractivos de la Carrera Magisterial promulgada el año pasado, este año el Minedu evaluará a los primeros 15,000 postulantes a los cargos de directores y subdirectores en un proceso conducido por María Amelia Palacios, que es la competente directora general de la Dirección General de Desarrollo Docente.
Hay que entender esta experiencia como una especie de piloto a ser perfeccionado en futuras evaluaciones, por lo que naturalmente hay atingencias que van a quedar pendientes de ser atendidas, particularmente aquellas que tienen que ver con la idoneidad de los comités de vigilancia así como la necesaria consideración de las calidades éticas, salud mental y capacidades ejecutivas de los directores. Esperamos que todo ello ya haya sido considerado al tercer año de nombramiento en que se realizará la evaluación de desempeño para la ratificación del nombramiento.
Todo el proceso y la prueba nacional clasificatoria (60 puntos) se hace online usando un software especialmente diseñado, incluyendo la evaluación de la trayectoria profesional mediante un formulario electrónico (25 puntos). En la segunda etapa, un Comité de Evaluación calificará la solución dada a un caso (35 sobre 120 puntos) pero a partir de la lectura de documentos anónimos.
Los directores que obtengan al menos 72 puntos se considerarán aprobados y los ganadores, entre los que aplicaron a cada colegio, serán asignados al cargo. Los directores aprobados que no obtengan la plaza inicialmente escogida tendrán la opción, según orden de mérito, de escoger otra de la misma jurisdicción que haya quedado desierta.
Parece que esta vez se está dando un importante paso adelante en la gestión educativa.
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