Espacio Compartido. Carlos Basombrío dice en su columna de ayer en Perú 21: “Necesitamos que los patrulleros, patrullen y no estén estacionados, porque la gasolina se quedó en el camino; que el dinero de inteligencia no se lo lleven los avivatos; que la plata del rancho para los policías se gaste en comida y no engorde algunos bolsillos; que el dinero para las medicinas y la salud de los policías se gaste en ellos.”
Sin duda, se requiere de liderazgo en el ministerio del Interior para poner coto a las malas prácticas mencionadas, pero también de vigilancia de los ciudadanos y de los medios de comunicación.
No perdamos el tiempo reiterando una y otra vez la inútil liturgia de los pedidos de incremento de las penas de cárcel o de restauración de la pena de muerte; concentrémonos más bien en tratar de vigilar, hasta donde sea posible, el uso correcto de nuestro dinero.
Un camino para ello podría ser, entre muchos otros, que el ministerio del Interior publique en su página web, las partidas diarias, semanales o mensuales, destinadas a la gasolina, por comisaría, y por patrullero, así como las horas de patrullaje efectivamente realizadas y con precisión de las zonas recorridas. Un programa informático debería poder cruzar los datos para que organismos como Ciudad Nuestra o Ideele Reporteros, los procesen y lancen alertas a la opinión pública cuando las cifras no cuadren.
Los reporteros de los medios de comunicación, podrían también verificar fácilmente in situ y de manera aleatoria que los patrullajes señalados se realizan efectivamente.
Obviamente, es la idea de un lego absoluto en cuestiones de seguridad, por lo que no sería sorprendente que los especialistas la consideren inviable; en todo caso, puede ser vista como el grito de un ciudadano indignado, que considera, en concordancia (en este punto sí) con los especialistas, que no se podrá avanzar realmente en la lucha contra la inseguridad, si no se combate la corrupción en la policía, la fiscalía, el Poder Judicial, y todas las demás instituciones competentes en la materia.
La sociedad civil y los ciudadanos tenemos que ser mucho más proactivos e imaginativos en términos de vigilancia. Ya estuvo bueno de sólo escandalizarnos de cuando en cuando, con ocasión de determinados destapes periodísticos que rápidamente quedan en el olvido.