Si bien este gobierno ha hecho nombramientos que han sido cuestionados, en la designación del presidente de Devida realmente se han coronado. Es difícil pensar en otro que pueda haber sido más desacertado.
Peor aún, a las dudas iniciales que suscitó su designación y a la inmediata equivocación que cometió al haber suspendido –sin mayor evaluación– las labores de erradicación, ahora se suma su participación activa en una asamblea de cocaleros solo días antes de que fuera nombrado en el cargo.
En dicha reunión no solo se planteó la formación de un partido para forzar en el escenario político nacional los objetivos de ese ‘gremio’, sino que, además, en ella el Sr. Soberón proclamó que impondría condiciones al gobierno antes de aceptar el puesto.
Así tenemos que informó a sus bases que exigiría una redefinición de la relación con los Estados Unidos en la lucha antidrogas así como el empadronamiento de los cocaleros informales – buscando lograr la legalización de sus cultivos por la puerta falsa. Como se requiere de una ley para ello, dijo que esperaba contar con el apoyo de un congresista nacionalista, el cual ha sido mencionado por tener posibles vínculos con el narcotráfico.
En suma, estamos frente a la priorización de la agenda de los que se dedican al cultivo ilegal de coca. Para mayor preocupación, la persona que han puesto a cargo de Devida, institución que debería erradicarlos, ha venido asesorándolos durante muchos años.
Consideramos que, sin lugar a dudas, el Sr. Soberón forma parte integral del proyecto político de los cocaleros ilegales quienes, quiéranlo o no, son una fachada de apoyo para los narcos, ya que estos últimos adquieren la casi totalidad de su producción. Eso es un hecho ya que las compras de Enaco no alcanzan ni al 5% de lo cosechado. La enorme mayoría de cocaleros peruanos solo tienen al narcotráfico de comprador y a la droga como el único destino comercial para lo que han cultivado.
Incluso, en los últimos años, el actual encargado de Devida fue parte del despacho de la cuestionada excongresista Obregón, cuyo conviviente está prófugo acusado de narcotráfico y quien fue impedida de volver a postular para limpiar la imagen de Humala en la última elección. ¿Cómo explicar entonces el echar por la borda ese intento de moderación nombrando al Sr. Soberón? Claramente, el gobierno ha cometido un grave error.
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