Me lo cuenta Kay, un amigo suizo en mi casa por estos días: al contrario de lo que la gente suele decir, en Suiza sí se produce cacao. ¿Será posible cultivar una planta tropical como la del cacao en un clima alpino como el de Suiza? Por supuesto que sí, hoy con la tecnología se consigue casi cualquier cosa (dicen algunos ingenuos). El problema es el costo. Efectivamente, en el zoológico de la ciudad de Zurich, y más específicamente en un invernadero climatizado con especies de la selva amazónica, crecen unas cuantas plantas de cacao. Con su fruto se fabrica el cacao más especial de Suiza, apenas 100 tabletas al año, que se venden como curiosidad a más de 30 dólares la unidad.
¿Podría producir Suiza el cacao que necesita para fabricar sus mundialmente famosos chocolates? Éste es otro cantar, gastaría todas las reservas de los bancos de Zurich, incluidas las cuentas bancarias de un montón de ex dictadores, narcos y ladronazos ex presidentes latinoamericanos, y todavía no sería suficiente para construir y calentar suficientes invernaderos; y esto sin hablar de la calidad, que sería probablemente muy inferior a la del cacao de nuestro Huallaga central, por citar una cuenca cacaotera del Perú. ¿Para qué, además, hacer algo así si el cacao se produce muy bien en otros países y se compra barato?
Otro ejemplo: en un jardín al lado del Pentagonito, en Lima, hay unas decenas de plantas de café, que llegan a producir algunos frutos, pero tan miserables que a nadie se le ocurriría preparar café con ellos. ¿A algún limeño con uso de razón se le ocurriría cultivar café en Lima, cuando el mejor del mundo se produce apenas a unos cientos de Km en Cusco?
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