Las tensiones y emociones propias de una segunda vuelta electoral para elegir al nuevo presidente del Perú opacaron el recuerdo del violento enfrentamiento en Bagua entre nativos awajún y policías, que dejó 33 personas muertas y una desaparecida.
El denominado “Baguazo”, ocurrido un 5 de junio de 2009, dejó secuelas inevitables en la memoria de los involucrados y de otras comunidades nativas. Así, la representante del Vicariato de Jaén, Anne Marie Michele, sostiene que gran parte de la población ha perdido confianza en las autoridades policiales.
“Se sienten perseguidos por el Baguazo. Sé por testimonio directo, que algunos no quieren acceder a un DNI porque piensan – sin razones objetivas- que puedan ser identificados, y ser víctimas de venganza o de persecución”, manifiesta.
El conflicto en Bagua no fue una protesta de momento; por el contrario fue un malestar acumulado producto de normas emitidas por el Ejecutivo sin la debida atención de a quienes afectaban. Es por ello que el reclamo principal de la Ley de Consulta Previa sigue pendiente.
Por su parte, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú, Oseas Barbarán exige que el Congreso priorice el debate de la Ley de Consulta Previa, cuya omisión en su aplicación fue uno de los detonantes de los hechos violentos de Bagua.
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